‘Quemados’ en 2010 y avalados de nuevo | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Enero de 2014

La influencia al interior de los partidos sirvió para que muchos vuelvan a la escena política

Cerca de 40 aspirantes que se quemaron en las elecciones para Senado de la República en 2010, recibieron nuevamente el respaldo de sus respectivos partidos para los comicios de marzo próximo, y hoy hacen campaña con la esperanza que la segunda será la vencida.

Llama la atención, eso sí, que contra cualquier pronóstico, pues se esperaría que los ‘reincidentes’ en su aspiración así no lograran curul sí sumaran una votación importante, la mayoría de estas personas que ahora insisten obtuvieron escasas votaciones en 2010, incluso en Cambio Radical hay una candidata que tuvo 250 sufragios. Se puede contar con los dedos de una mano los actuales aspirantes al Senado que en 2010 registraron bien en las urnas.

Esta situación muestra, por un lado, la capacidad de las personas de insistir por un sueño, en este caso llegar al Senado, lo cual desde ese punto de vista se debe valorar; sin embargo por el otro, muestra también que el amiguismo y las recomendaciones  siguen reinando en los partidos, al punto de que los presidentes dieron luz verde para entregarle el aval a este tipo de aspiraciones con tan pobres antecedentes inmediatos en su desempeño en las urnas.

El otro lado de la moneda muestra a muchas personas que no lograron que los partidos y movimientos políticos avalaran su aspiración y resultar incluidos en las ‘exclusivas’ listas al Senado, con 100 nombres.

 

Lección aprendida

La experiencia que tuvieron en las elecciones de 2010 le debe servir a muchos de los ‘quemados’ reincidentes para ajustar aspectos de su actual campaña y no repetir el resultado de hace cuatro años, cuando tal vez por falta de experiencia vieron truncada su intención.

En cualquier caso, llegar se sabe de la dificultad de lograr una curul en el Senado por los excesivos costos que alcanzan las campañas en la actualidad, que para nadie es un secreto en nada corresponde a los más de 300 millones de pesos que estableció el Consejo Nacional Electoral como tope, más teniendo en cuenta que son pocos los candidatos que tienen los votos suficientes asegurados en su región y deben lanzarse a la ‘caza’ de apoyos en otras zonas del país donde su nombre tenga alguna aceptación por tratarse de una circunscripción nacional.

Pero además las listas abiertas aumentaron en la última década la dificultad para llegar al Senado porque este sistema implica votar por el candidato y no por la lista, como sucede con la de tipo cerrado. Es decir, la quemada será segura si no se cuenta con votación propia.

Solamente los primeros integrantes de la lista uribista al Senado pueden hoy dormir tranquilos porque el nombre de Álvaro Uribe, quien encabeza la lista, será suficiente para que por lo menos los 10 primeros consigan escaño.