En diálogo con La Hora de la Verdad, el ex presidente Uribe volvió al ataque, después de reconocer su derrota del domingo.
Dijo que el gobierno de Santos goza de popularidad en las encuestas, pero no suscita fervor popular y añadió que el deterioro de orden público y la desmotivación de las Fuerzas Militares son obvios, a pesar de que las consultas tapan las evidencias.
Otras cosas que dijo Uribe: “Nos vamos quedando sin gobierno que nos defienda”… “Se nos está deteriorando todo, pero las encuestas no lo dejan ver”… “Un asesor del gobierno (León Valencia) va a Perú a acusarme de violador de derechos humanos”… “Para ser constructivo, no hay que ser hipócrita”.
Incoder. En sus declaraciones, el ex mandatario se detuvo en el tema del Incoder. Formuló graves denuncias sobre el comportamiento de Juan Manuel Ospina, director de esa entidad. Afirmó que Ospina pertenece a una de las familias más tradicionales de Colombia y que no se explica sus políticas en ese Instituto que van en contravía de su tradición familiar. A Uribe le han pedido que hable con el presidente Santos sobre lo que pasa en Incoder, pero en el alto gobierno no los oyen.
Canal. Cuando el presidente Santos envió a su ministro del Ambiente a que reversara la construcción del hotel de siete estrellas en el Parque Tayrona, no calculó que con lo dicho iba a echar por la borda la adjudicación del tercer canal al Grupo Planeta, socio de su familia en El Tiempo, al argumentar que el Estado no adjudicará ningún negocio a sociedades cuyos accionistas sean o hayan sido sus familiares. Los más felices son los del Grupo Prisa, su competidor en esta disputa. ¿O sí habrá calculado?
Fraudes. El fantasma del fraude ronda por el territorio nacional. La manipulación indebida de los resultados mediante sorpresivos cortes de luz, como el que denunciamos ayer aquí y que tiene que ver con el departamento del Valle, es apenas la muestra de lo que está ocurriendo en distintas regiones, pues las investigaciones demuestran que son 32 los sitios en donde se recurre a las asonadas para hacer valer los resultados electorales.
Los contratistas. Esto demuestra el desespero en que se encuentran ciertos contratistas que, luego de haber hecho la inversión económica para el pasado debate electoral, si los resultados no les favorecen estarían buscando las vías de hecho para obligar a las autoridades electorales a dar unos resultados que favorezcan sus intereses. Esta podría ser una de las causas que tienen convertido nuestro sistema electoral en un polvorín de consecuencias imprevisibles, cuando se incendia una alcaldía o la Registraduría, o la propia casa del burgomaestre que presidió las elecciones. En los pueblos las comunidades se preguntan dónde están el ministro del Interior y los organismos de Inteligencia, mientras el Presidente se apresuraba a sostener que todo marchaba divinamente.