Quedó abierto debate para despenalizar cultivos ilícitos | El Nuevo Siglo
Martes, 30 de Octubre de 2012

La semana pasada la Cámara hundió el proyecto que despenalizaba los cultivos ilícitos, una iniciativa que desde su radicación generó controversia entre los congresistas y rechazo de parte del Gobierno.

 

El viceministro de Justicia, Farid Benavides, ha explicado que el proyecto no es viable porque hay una serie de tratados internacionales que el país ha firmado y que se deben respetar. “El Estado adquirió una serie de responsabilidades como en la convención de estupefacientes, la obligación de penalizar es una responsabilidad irrenunciable del Estado colombiano”.

 

Benavides agregó que el país tiene una serie de compromisos ante las demás naciones de responder por todas las obligaciones adquiridas ante la comunidad internacional.

 

El Viceministro también dijo que el problema de la droga no se puede tratar de manera aislada, “el problema según Naciones Unidas, debe ser visto de manera integral desde el cultivo hasta el consumo. En la pasada Cumbre de las Américas el Presidente señaló que se debe discutir este tema como un problema que hace parte de una cadena”.

 

Mientras hay rumores de que el proyecto volvería a ser radicado para ser puesto a consideración de los congresistas, su autor, el representante liberal Hugo Orlando Velásquez, sigue defendiéndolo y mostrándolo como una opción alternativa mientras el Gobierno Nacional continúa con sus políticas de erradicación y sustitución de cultivos.

 

Según Velásquez el objetivo del proyecto era despenalizar los cultivos ilícitos mas no despenalizar la droga y de esa forma dar una solución a miles de familias que se han tenido que recurrir a esta práctica para sobrevivir.

 

“En las cárceles del oriente del país hay más de 22.000 personas detenidas por cultivos ilícitos y figuran globalmente como narcotraficantes y no lo son. Ellos son pequeños cultivadores que no exceden las tres hectáreas”, expresó el Representante.

 

El autor de la iniciativa señaló que, “estas personas en vez de ver un Estado que los ayude al desarrollo y a salir de la pobreza terminan viendo a un Estado hostil y por lo tanto se van del lado de quienes también están combatiendo el Estado que son los grupos armados especialmente la guerrilla”.