La cohesión de la coalición se debería principalmente a la habilidad del presidente Juan Manuel Santos.
MUY POCO disciplinada ha resultado ser la Unidad Nacional en el Legislativo y el éxito mostrado por las bancadas que la integran en la aprobación de la agenda del Gobierno “es la consecuencia de la habilidad del Presidente para mantener unida a su coalición”, concluye un reciente informe del programa Congreso Visible (CV), de la Universidad de los Andes.
La precisión tiene que ver con que la primera impresión es que “la capacidad que ha mostrado el Ejecutivo para tramitar sus proyectos en el Congreso” se asocia “en gran parte al número de senadores y representantes que hacen parte de la denominada Unidad Nacional”, que posee mayorías indiscutibles: “85 por ciento en la Cámara y 73 por ciento en el Senado”.
“Sin embargo”, continúa el informe, “no basta con gozar de las mayorías para que una coalición de gobierno funcione. El éxito también depende de los niveles de disciplina de los partidos que la componen”.
Los resultados de la medición realizada por CV sugieren que “los congresistas que integraron la coalición durante la primera legislatura se abstuvieron con regularidad de votar las iniciativas del Gobierno, aunque cuando votaron lo hicieron de manera coordinada. La existencia de este fenómeno insinúa que el principal reto del Ejecutivo no consistió en hacer que sus legisladores votaran como bancada, sino en crear incentivos para que asistieran a las sesiones y participaran en la toma de decisiones”.
En el Senado, el Partido Social de Unidad Nacional (La U) “registra los promedios más elevados de disciplina”, anota el informe, cuando es calculada con el método IR, pero registra los más bajos cuando se calcula con el IAP (aquel es el método de medición de Rice – que mide la votación de cada partido entre 0 y 1, siendo más disciplinado entre más se acerque a 1–, y el segundo el índice de acuerdo partidista –que además toma en cuenta la asistencia de los legisladores a las sesiones, las abstenciones y compara el voto de cada congresista con el del vocero de la colectividad).
En la Cámara, publica CV, La U “registra los promedios de disciplina más elevados en los dos índices. Este resultado demuestra la capacidad del Presidente para lograr el apoyo de su partido, pero al mismo tiempo da cuenta de las dificultades que tiene en el Senado para que los congresistas de su propia colectividad voten en concordancia con el vocero del partido y no opten por abstenerse”.
De acuerdo con el informe de CV, “los demás partidos que conformaron la coalición de Gobierno se comportaron de forma muy similar: son parcialmente disciplinados cuando votan, pero presentan niveles considerables de abstención”.
La divulgación de este informe se da en momentos en que el presidente Juan Manuel Santos mantiene su liderazgo en la Unidad Nacional después de un año de gestión, buscando que las elecciones regionales no vulneren la coalición.
Al respecto, Santos les recordó a los jefes de los partidos que integran la Unidad Nacional, que esta se creó no para ganar sino para gobernar, lo que marca la diferencia con cualquier coalición que se haya registrado: “La Unidad Nacional no se creó para ganar sino para gobernar. Eso ya de por sí marca una diferencia con los gobiernos tradicionales de coalición; las coaliciones generalmente se hacen para ganar y se mantienen para mantener las mayorías. En este caso no fue así, en este caso fue una Unidad Nacional para gobernar”.
El ministro Germán Vargas aseguró que la etapa más difícil que puede enfrentar la Unidad Nacional es la preelectoral y confió que si aún no se han presentado problemas en ella, a futuro no los habrá: “Y ya concluido el debate electoral y conocidos los resultados, estamos seguros de que todo el mundo los aceptará y la Unidad Nacional continuará su curso. Si no se han presentado problemas en la Unidad en este momento del fragor de la campaña, no habría razón para, que terminado el debate, se susciten dificultades”.