Variopinta de personalidades y visiones políticas hará casi imposible que el nuevo organismo hable una sola voz
Las intenciones de que el naciente Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) sea un organismo de concertación política exclusivamente regional y sin influencia alguna de Estados Unidos pueden verse frustradas por la heterogeneidad de liderazgos, que sin duda limitará sus ambiciones.
La Celac nace mañana en Caracas, marcando así la culminación de un lento proceso de afirmación de la región que se inició en febrero de 2010, en México, cuando los líderes regionales decidieron - con ocasión de las celebraciones de los bicentenarios de independencias de varias de las naciones- crear una nueva y fuerte asociación para hacer “historia”, ya que entre su visión y misión se encuentra el pisar económicamente fuerte, al igual que constituirse en un verdadero bloque que le permita dialogar y negociar de “tú a tú” con las potencias occidentales y del sur.
Sin embargo son muchas las dudas sobre la posibilidad de que el nuevo organismo hable una sola voz en cuestiones políticas ya que hay una variopinta de personalidades y puntos de vista diametralmente opuestos bajo un mismo techo.
Heredera de los foros Cumbre de América Latina y El Caribe y Grupo de Rio, el Celac que verá la luz mañana tiene un claro mensaje: unidad e independencia. Así, seis décadas después del lanzamiento de la Organización de Estados Americanos (OEA), nace su rival institucional que vislumbra un futuro mejor y con marcadas diferencias: con Cuba dentro y Estados Unidos y Canadá por fuera.
"La creación de la Celac es una muestra de la seguridad de la región en sí misma y del creciente deseo de independencia respecto a Estados Unidos", afirmó Cynthia Arnson, directora del programa latinoamericano del Wilson Center.
Desde Colombia hasta Ecuador, que representan extremos en las relaciones con Washington, los mandatarios latinoamericanos subrayan el hito de constituir la Celac y la mayoría confirmó su asistencia a la cita, un mes después de que la tribuna de la Cumbre Iberoamericana en Asunción - que incluye a las antiguas potencias colonizadoras, España y Portugal --, luciera semi vacía de líderes.
"Esta es la década de América Latina porque tenemos para ofrecer todo lo que el mundo está buscando y cuanto más nos integremos, más preparados estaremos para afrontar ese huracán que está viviendo la economía mundial", dijo esta semana sobre la Celac el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
Pero ni Santos ni ningún otro aliado de Estados Unidos respondió al llamado del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, de "reemplazar" a la OEA con la Celac.
Los expertos, aunque admiten que la existencia del nuevo organismo es susceptible de rivalizar con la OEA, descartan una amenaza inmediata para el organismo con sede en Washington.
Para Milos Alcalay, ex embajador venezolano ante la ONU, el "éxito" de la cumbre dependerá de si la Celac es planteada por sus 33 miembros como un "además de" la OEA y se evitan declaraciones excluyentes por parte de países hostiles a ese organismo con sede en Washington.
La cita "debe llevar un mensaje de unidad latinoamericana e integración regional sin pretender sustituir lo ya existente", algo que no cuajaría entre los aliados de Washington como Colombia, Brasil o Chile, señala Alcalay.
Las divisiones sobre el peso de la Celac respecto a la OEA es sólo una muestra de que por ahora "América Latina no se puede definir como un bloque con ideas convergentes, ni modelos en común", capaz de defender una posición conjunta en foros internacionales, según Alberto Pfeifer, director ejecutivo del Consejo Empresarial de América Latina.
Pfeifer contrasta las altas expectativas que Chávez y sus socios de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) confieren a la Celac, atribuyéndole una vocación de cumplir el sueño de unidad continental del libertador Símón Bolívar, con el pragmatismo de países como Brasil.
Para el gobierno brasileño, la Celac no es una prioridad como lo es la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), integrada por doce países y cuyo alcance integrador es más profundo" al abordar temas comerciales, económicos, de infraestructura o de defensa.