En la madrugada de este sábado, Leopoldo López, líder opositor en Venezuela, fue enviado desde la cárcel de Ramo Verde a su casa en el barrio los Palos Grandes, tradicional barrio de Caracas, donde cumplirá su pena mediante la modalidad de casa por cárcel.
La liberación de Leopoldo, como se le conoce en Venezuela, tiene, a primera vista, numerosas lecturas, que van desde una muestra de debilidad del régimen de Maduro, hasta una forma para desviar la atención pública y lograr, con menos presión, su propósito político: la Constituyente del 30 de julio.
En el último año, en numerosas ocasiones, se rumoró que López saldría de la cárcel, con plena libertad o por casa por cárcel, condición en la que se encuentra el preso político por conciencia, Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas y otro líder importante de la oposición de Venezuela.
La comunidad internacional, entre ellos los ex presidentes Uribe y Pastrana, apostaron por su pronta liberación, pero fue Marian Rajoy, jefe del gobierno español, quien aseguró que López saldría muy pronto de Ramo Verde, sin dar una fecha exacta.
Con el líder del partido Voluntad Popular fuera de la cárcel, se empieza a especular que dentro del Gobierno, obstinado por lograr un nuevo modelo constitucional, hay señales de división y debilitamiento, que aumentan con la salida de López.
Esta mañana el Defensor del Pueblo, Tareck William Saab, no fue claro al momento de explicar por qué liberaron a López y patinó cuando le pidieron explicaciones sobre las supuestas torturas de las que el líder político fue víctima.
Algunos interpretan que, ante una eventual transición política en Venezuela, algunos funcionarios del chavismo, culpados de violar los Derechos Humanos, han empezado a alejarse de la línea militante y ofensiva del oficialismo, con discursos moderados que confunden por su falta de claridad. Ese puede ser el caso de Saab.
Pero también existe otra lectura de la liberación de López: enfriar la calle. En los próximos días, la oposición tendrá una jornada de protestas que culminarán con el plebiscito simbólico del 16 de julio, que activará ‘la hora cero’ en todo el país. Se rumora que la dirigencia opositora llamará a una huelga general y manifestaciones las 14 horas, para lograr una salida negociada de Maduro.
La salida de López puede ser una estrategia del oficialismo para que la oposición, que pese al momento crítico mantiene ciertas fisuras entre los partidos, se dedique a resolver sus problemas de liderazgo al interior de la MUD.
No es un secreto que López fundó Voluntad Popular en contraposición a Acción Democrática y Primero Justicia, partido mayoritario en la oposición, y ha tenido diferencias con algunos dirigentes opositores como Henrique Capriles, quien en 2014, cuando López fue capturado, prefirió distanciarse de su línea de calle, movilización y cambio de gobierno, y optó por un discurso más moderado, que tres años después ha cambiado.
Con López fuera de la cárcel, es posible que las diferencias salgan a flote o, por el contrario, se resuelvan, ante el crucial momento que vive la oposición.