Asumir el liderazgo en la revisión "inaplazable" de la estrategia antidroga le pidieron ayer formalmente a la ONU los gobiernos de México, Colombia y Guatemala en una carta en la que se pronuncian por una conferencia internacional que permita tomar decisiones al respecto.
La "declaración conjunta de nuestros gobiernos sobre la delincuencia organizada transnacional y el problema mundial de las drogas" enviada al secretario general la ONU, Ban Ki-moon, tiene lugar luego de que los presidentes de estos países se manifestasen sobre la cuestión durante la Asamblea General de la ONU la semana pasada en Nueva York.
Para Colombia, Guatemala y México, "la delincuencia organizada transnacional y, en especial, la violencia que esta despliega para llevar a cabo sus actividades delictivas, representan un grave problema que compromete al desarrollo, la seguridad y la convivencia democrática en todas las naciones".
"La Organización de las Naciones Unidas debe atender con carácter urgente esta problemática", señalan.
Según la declaración, que consta de doce puntos, "resulta inaplazable revisar el enfoque mantenido hasta ahora por la comunidad internacional en materia de drogas, con el fin de detener los flujos de dinero proveniente del mercado ilícito de drogas".
En ese marco, se insta a la ONU a "ejercer el liderazgo que le corresponde en este esfuerzo y conducir una profunda reflexión que analice todas las opciones disponibles, incluyendo medidas regulatorias o de mercado, a fin de establecer un nuevo paradigma que impida el flujo de recursos hacia las organizaciones del crimen organizado".
Los tres gobiernos concernidos invitan a los Estados miembro de Naciones Unidas a "emprender a la brevedad un proceso de consultas que permitan hacer un balance de los alcances y las limitaciones de la política vigente".
"Consideramos que estos resultados deberían culminar en una conferencia internacional que permita tomar las decisiones necesarias a fin de dar mayor eficacia a las estrategias y los instrumentos con lo que la comunidad global hace frente al reto de las drogas y sus consecuencias", agregan.
Según datos oficiales estadounidenses, el 90 por ciento de la droga que es enviada desde Sudamérica a Estados Unidos utiliza el istmo centroamericano como lugar de paso y almacenamiento, lo que ha convertido a América Central en la zona más violenta del mundo.
México, que lidera una estrategia militar contra los cárteles de la droga, es otro de los grandes afectados por este flagelo, con más de 60.000 muertos en seis años.
De su lado Colombia, que es junto a Perú el principal productor de cocaína del mundo, con 345 toneladas en 2011, tiene también un pesado pasivo en materia de violencia.
El presidente mexicano Felipe Calderón, una de las cabezas más visibles de la lucha frontal contra el narcotráfico, instó la semana pasada a la ONU a encabezar una discusión "sin falsos prejuicios" sobre la cuestión, en un discurso ante la Asamblea General de la organización.
"Exijo a las Naciones Unidas que no solo participe, sino que encabece una discusión a la altura del siglo XXI, sin falsos prejuicios, y nos lleve a todos a encontrar soluciones con enfoques nuevos y eficaces", dijo Calderón, en una posición compartida por el colombiano Juan Manuel Santos y el guatemalteco Otto Pérez.
Ante este pedido, la ONU indicó que la organización estaba lista para "facilitar" el debate, aunque dejó en claro que eran los países firmantes de las convenciones contra las drogas los que debían cambiar esos textos.
"Tienen que enviar una petición oficial a la Secretaría General y luego habría una conferencia de los países firmantes de la convención para realizar modificaciones", precisó en ese sentido el director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Yuri Fedotov.