¿Qué hay detrás de los precios y las patentes? | El Nuevo Siglo
Viernes, 3 de Enero de 2014

Una de las afirmaciones que esgrime la industria multinacional farmacéutica al poner precios a los fármacos es que “de cada 10.000 moléculas, solo una se convierte en medicamento”.

Así lo señaló Luis Guillermo Restrepo, representante por Colombia de la Federación Internacional Farmacéutica, según informe de la agencia Unimedios.

Restrepo, presidente del Colegio Nacional de Químicos Farmacéuticos de Colombia y quien acudió recientemente a dar una charla en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, agregó que cuando esta única molécula está en el mercado hay que sacarle lo que vale la inversión realizada, no solo para esa sino también para todas las que se quedaron en el camino.

El también asesor de la Presidencia Ejecutiva de Asociación de Industrias Farmacéuticas Colombianas (Asinfar) explicó durante el VI Coloquio de Ingenieros Químicos de la U.N. ciertas diferencias que hacen de la industria de los medicamentos un mercado “supremamente incierto”.

Según el experto, este sector es muy distinto a otros mercados en los que se produce un artículo que se ciñe a la normativa vigente y puede ser directamente comercializado. También mencionó que casi todas las empresas se encuentran en la Bolsa, es decir, necesitan generar una rentabilidad muy alta y, sobre todo, unas expectativas muy grandes para hacer que los inversionistas pongan su dinero en esta industria.

“Para que los medicamentos lleguen al mercado se deben hacer unos estudios para demostrar que son eficaces y seguros. Esto significa dos cosas, la primera es que el producto comienza con una inversión para su elaboración y estudios sin seguridad de obtener un producto para vender; se trata de algo que cada vez es más costoso por las mayores exigencias por parte de las agencias reguladoras. Y lo segundo que implica es que cada vez hay más candidatos a medicamentos que se quedan por el camino”, señaló.

 

TLC

Tal y como explicó Restrepo, en Estados Unidos le dan patente a casi cualquier cosa y se patenta todo incluyendo los seres vivos. Lo único que está excluido son los seres humanos por la Ley contra la esclavitud, ya que una compañía no puede ser propietaria de una persona.

“Sin embargo, hay patentes que tendrían prácticamente ese alcance ya que sí puede patentarse un mamífero modificado en su ADN y los humanos somos mamíferos. Por lo tanto, estaríamos en cierto modo al alcance de una patente de ese tipo”.

El ingeniero destacó que Estados Unidos también maneja criterios de patente diferentes. De esta manera están permitidos, por ejemplo, descubrimientos o segundos usos de un medicamento; esto es, que se descubre que un medicamento para la hipertensión produce erección, como es el caso del viagra. En Colombia esto está prohibido, pero en Estados Unidos se hizo.

“Una de las reclamaciones que hay en el marco del TLC es por qué no les damos patente a ese tipo de productos. La idea es prolongar las patentes y en tratados de libre comercio eso es lo que les piden a los países, extensiones por todo. Así, si se demora la Oficina de Propiedad Intelectual o la entidad reguladora de los medicamentos, para un mismo producto se podrían sacar eventualmente muchas patentes y de manera escalonada”, comentó.

Restrepo también afirmó que la industria farmacéutica se ha vuelto experta en el denominado “evergreen” o el reverdecimiento de las patentes.

“De esta forma, las patentes nunca caducan porque cada vez que se van a vencer sale una patente sobre el mismo producto con algún tipo de cambio menor pero que, finalmente, obtiene resultados para mantener el monopolio”, apuntó.