Este año vence el plazo para el alcance de una serie de metas para lograr un mayor desarrollo mundial. Colombia, junto con 189 países miembros de las Naciones Unidas asumió en el año 2000 este compromiso. Entre los objetivos más relevantes está la reducción de personas que están en condición de pobreza extrema. ¿Cómo está Bogotá en este tema? ¿La ciudad ya cumplió?
Primer informe
Por: Orlando Pinzón
Periodista de El Nuevo Siglo
Reducir de 53,8 a 28,5 el porcentaje de personas en pobreza, disminuir de 20,4 a 8,8 el de pobreza extrema y pasar de 2,8 a 1,5 el de los que viven con menos de un dólar diario son las tres metas específicas para Colombia, en el Objetivo de Desarrollo del Milenio de la Naciones Unidas.
En el caso de Bogotá como en el resto del país se han superado estos indicadores. Por un lado, y según el más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, la pobreza monetaria se ubicó en 10,1%, lo que representa la tasa más baja de las trece áreas metropolitanas, luego de Bucaramanga.
Por el otro lado, la pobreza multidimensional se ubicó en 5,4%, lo que significa 3,3 puntos porcentuales menos que en 2013, la menor tasa del país. De acuerdo con el Observatorio de Desarrollo Económico de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, esto se traduce en que 247.720 personas salieron de la pobreza.
Este indicador contempla las condiciones educativas, de niñez y juventud, de trabajo y de vivienda, por lo que es la mejor medida para entender el fenómeno. “Desde el inicio de la Bogotá Humana en 2012, la ciudad ha reducido a cerca de la mitad el número de pobres medido a partir de la pobreza multidimensional. Mientras en 2012 había 840.419 pobres en Bogotá, la cifra se reduce a 420.470 en 2014”, apuntó Carlos Simancas, jefe de ese despacho.
En cuanto a pobreza monetaria extrema, el indicador se ubicó en 1,9%. Pudo ser más bajo, dijo Simancas, si el DANE en su metodología no solo tuviera en cuenta los recursos económicos, que efectivamente reciben las personas, sino también el impacto de programas como los comedores comunitarios, los cuales proveen el consumo calórico necesario para desarrollar las actividades diarias de las personas menos favorecidas.
Otro de los puntos positivos en Bogotá que resaltó la Administración Distrital, fue que entre el 2011 y el 2014 el ingreso per cápita mes de la unidad familiar pasó de 867.772 pesos a 999.195 pesos mensuales.
Para el vocero de la Secretaría de Planeación, Jorge Iván González, “ello significa que una familia de 4 personas gasta en promedio $3.996.780 mes. Este valor corresponde al promedio de todas las familias de la ciudad. La comparación entre el 2011 y el 2014 muestra que el ingreso promedio subió 15,1%”, aseguro el vocero.
En cuanto al índice de Necesidades Básicas Insatisfechas, que incluye variables distintas al ingreso, la incidencia de la pobreza bajó de 5,2% a 4,2% y la de la miseria de 0,3% a 0,2%. Es decir, que en 2011 había 383.956 personas pobres mientras que para 2014 el número se contrajo a 328.845, según la Encuesta Multipropósito 2014 del DANE y la Secretaría de Planeación.
Pobreza oculta
Consultada por EL NUEVO SIGLO sobre los índices de pobreza que presentó el alcalde Gustavo Petro, teniendo como base la información del DANE, la concejala Sandra Jaramillo indicó que “yo creo que ese dato que dio el alcalde, si bien la metodología que usa es correcta, el universo sobre el que hace las mediciones es incompleto y los datos son inexactos”.
“No es verdad que se haya reducido la pobreza en Bogotá. Eso no es cierto. Es el método que usa la Alcaldía para poderlo hacer. Yo venía trabajando un tema que es la pobreza de los estratos 3 y 4, que es la pobreza oculta y lo que yo considero claramente es que hay un sesgo en la medición. ¿Por qué? Porque los gobiernos aquí han creído que la pobreza solamente es en estrato cero, uno y dos, y eso no es verdad”, expresó.
La cabildante indicó que “hay un estudio que yo empecé a hacer cuando fui alcaldesa de Teusaquillo, luego fue hecho por Planeación Distrital en esta Administración, que dice que hay más de 40 mil hogares en Bogotá en situación de pobreza oculta. Eso significa una cifra de más de 300 mil personas que no están incluidas dentro de ese indicador que está lanzando el alcalde Petro, porque esa medición se hizo sobre estratos cero, uno y dos, y que hizo con una metodología que es aceptada internacionalmente por el Banco Mundial pero que no es la que aporta a la realidad de los bogotanos”.
Ante la pregunta de “si la cifra de medio millón de personas que salieron de la pobreza que informó el alcalde Petro es real”, Jaramillo manifestó que “no es real porque no se trabajó sobre los temas, sobre las poblaciones de estrato tres y cuatro que están en condición de pobreza, sobre todo las de estrato 3. Lo que pasa es que se partió de un paradigma que por supuesto no es real”.
Jaramillo indicó además que “la Bogotá Humana le cerró las puertas a la pobreza oculta. ¿Por qué digo esto? Un pobre oculto es aquel que no tiene derecho a estar inscrito en el Sisben pero tampoco tiene cómo pagar la seguridad social, y en esa medida no tiene cómo ser atendido en un hospital público”.
Agregó que “ese pobre oculto no lo tiene en cuenta y no existe para él. Está por fuera de todos los indicadores oficiales. Ya el Distrito midió cuántos pobres ocultos hay, y no le interesan al Distrito. Yo hice un proyecto de acuerdo, lo presenté en el Concejo y lo que recibí de parte de la Administración fue un concepto negativo, en donde dice que no es viable el tema”.
La discordia
Recogiendo opiniones sobre el tema, este diario se comunicó con el exalcalde de Bogotá Jaime Castro (1992-1994), quien manifestó que “primero, en el país se ha reducido el número de homicidios, segundo, igualmente se han reducido los índices de pobreza o el número de pobres. Todo eso lo presenta el Gobierno para el país como producto de políticas del país nacionales y el alcalde Petro presenta esos índices en el caso de Bogotá como producto de la gestión que él cumple”.
Para Castro, “lo que hace el alcalde Petro lo podrían hacer los demás alcaldes del país porque la situación es comparable. Sí son válidas las cifras del Gobierno nacional, es decir, se ha reducido la tasa de homicidios y se ha reducido el número de pobres”.
En ese mismo sentido se expresó el exalcalde Paul Bromberg (1997), quien dijo que “los índices de pobreza disminuyen porque disminuye el desempleo en todo el país. Es un asunto macroeconómico. Por esa razón disminuyen los índices en todas las ciudades”.
Explicó además que la medición está asociada no solo a los beneficios que reciben los ciudadanos, sino a los ingresos que reciben las familias. “Usted puede hacer la lista de cosas que ha hecho el Alcalde para mejorar los ingresos de las familias, no los beneficios que se les prestan a los ciudadanos, y por supuesto no ha hecho nada”.
Insistió en que el desempleo sí ha disminuido pero no se debe al trabajo que hace un alcalde. “Es un resultado de la macroeconomía del país. Ningún indicador de desempleo ha podido ser afectado por nada que ha hecho el Alcalde, al contrario, el hecho de recaudar impuestos de los ciudadanos y no poder ejecutarlos significa que eso reduce un poco el empleo”.
Bromberg puntualizó que “nada de lo que ha hecho Petro puede haber mejorado el ingreso de las familias bogotanas, porque lo que hace un alcalde es prestar servicios y eso no se incluye en el indicador. Es decir, no se incluyen en el indicador si aumenta la cobertura de la educación, eso no afecta el indicador de pobreza porque el indicador solamente mide los ingresos que mide las familias por su trabajo o negocio”.
En resumen, y a pesar de la problemática de si la gestión del alcalde Petro contribuyó o no a la reducción de la pobreza en la capital del país, lo cierto que es que los buenos indicadores entregados por el DANE dan cuenta de que la ciudad logró cumplir las metas propuestas por las Naciones Unidas, tal y como lo está haciendo el país entero.