Ante denunciasde irregularidades en el reclutamiento de jóvenes en Bogotá, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, señaló que las incorporaciones son “unos procesos muy ordenados establecidos en la ley y en la Constitución”.
“Que la gente no olvide, incluyendo a las autoridades de Bogotá: prestar servicio militar es una obligación”, señaló Pinzón, anotando que las puertas del Ejército están abiertas para que se investigue si hay alguna irregularidad.
El secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, se había manifestado por la necesidad de erradicar el servicio militar obligatorio.
Jaramillo señaló que “no debe haber más reclutamiento para aquellos jóvenes que no quieren ir a la guerra. Esa es la objeción de conciencia y por eso respaldamos esta iniciativa, porque la consigna debe ser que el que no quiere ir a la guerra no tiene por qué ir a la guerra”.
Jaramillo se pronunció sobre batidas denunciadas por organizaciones de Derechos Humanos, afirmando que “estamos en total desacuerdo con las retenciones irregulares que se estén realizando en Bogotá o en cualquier parte del país. Es importante que se entienda que no pueden venir a esta ciudad como si fuéramos una recua de animales que pueden subir a un camión y llevarse para que a los dos días, a los jóvenes los tengan sin cabello y con un uniforme militar”.
Jaramillo propuso trabajar alrededor de un proyecto de ley entre todos los jóvenes colombianos para tratar este tema: “Desde la administración vamos a trabajar para que los jóvenes que no quieran portar un fusil puedan ejercer la objeción de conciencia. Cuando ya no existan ejércitos ni puedan reclutar a nadie y ninguno de nosotros se ofrezca para la guerra, ésta se acaba porque no hay cómo alimentarla”.
“Lo hice voluntariamente, nadie me obligó”, dijo Jaramillo sobre su servicio militar; “pero yo hoy, como se lo dije hace diez años a los comandantes del Ejército, no le entrego un hijo mío a la guerra. Y mis hijos son hijos de la paz”.