Al cierre de esta edición, el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga (AMB) anunció que dejará de efectuar el polémico cobro de 9.990 pesos por asistencia exequial y que a quienes realizaron el pago el valor cancelado “será abonado al servicio de acueducto” en la siguiente factura.

El cobro fue cuestionado por el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, quien dijo ayer mismo que solicitó una investigación a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.

“Si el Acueducto no tuvo autorización para hacer el cobro, el cobro es ilegal. La ley 142 en su artículo 148 señala los requisitos formales de las facturas y dice que los requisitos formales de las facturas serán los que determinen las condiciones uniformes del contrato. No se puede cobrar algo que no esté en la condición uniforme del contrato, a menos que sea autorizado expresamente por el usuario”, explicó Henao.

Como era de esperarse, dicho cobro ocasionó una cascada de quejas de numerosos usuarios inconformes con el inconsulto y extravagante rubro que encarecía en casi 10.000 pesos la factura por el servicio domiciliario de agua potable.

El gerente general del AMB, Ludwig Stünkel, le dijo al diario bumangués Vanguardia Liberal que buscaba “apaciguar los acalorados reclamos que ha suscitado este servicio de asistencia exequial”, pero defendió el cobro asegurando que “no solo es legal, sino que además les ofrecerá muchas bondades a los suscriptores del Acueducto”.

“Se debe tener en cuenta que se tratará de una asistencia diferencial en la prestación del servicio exequial”, anotó, agregando que “cuenta con el respaldo y la experiencia de dos grandes compañías, muy reconocidas a nivel mundial, como lo son: Aon y Axa Asistencia Colombia”.

Según Stünkel, “el servicio mantiene a disposición del beneficiario una línea los 365 días del año y las 24 horas del día, para acceder a una oportuna asistencia exequial, en uno de los momentos más vulnerables de la vida”.