“Proyecto de Gramalote me quita el sueño” | El Nuevo Siglo
Miércoles, 15 de Enero de 2014

La reconstrucción de la población de Gramalote ha sido el proyecto que más horas de sueño le ha quitado, afirmó ayer el presidente Juan Manuel Santos.

 

“Esto lo vamos a hacer y lo vamos a hacer bien. Porque esa es la forma como estamos gobernando”, subrayó el jefe de Estado en la reunión de balance del proceso de reubicación del municipio nortesantandereano, destruido a finales de 2010 por problemas geológicos.

El presidente Santos observó los planos de reconstrucción de la población presentados por Camilo Santamaría, uno de los responsables del proceso y acompañado de la alcaldesa Sonia Rodríguez.

“A mí me produce una gran satisfacción –que así sea un poco tarde, les pido disculpas–, pero me produce una gran satisfacción ver que las cosas se están haciendo y se están haciendo bien”, agregó.

 

Durante su discurso, el mandatario señaló que aparte de los 2.300 millones de pesos, se hará una inversión adicional en materia de vías terciarías. Recalcó que la base del municipio es el sector agropecuario y anunció que se darán unos recursos adicionales en recursos productivos para el sector.

Indicó que las 1.200 viviendas que se están construyendo en el municipio se conectarán al servicio de internet y además se les dará un computador para que los niños tengan acceso a la tecnología gratis.

“Son pequeñas cosas, un esfuerzo mínimo pero que hacen una gran diferencia. A partir de hoy dormir un poco más tranquilo porque veo que esto ya está encaminado en la dirección correcta”, expresó el jefe de Estado.

Manifestó que Gramalote tiene un gran futuro y ratificó que sus gentes tienen el apoyo del Gobierno Nacional para hacer un mejor municipio.

En diciembre de 2010 Gramalote sufrió una catástrofe natural, cuyas causas geológicas no han sido exactamente determinadas.

Al parecer, la falla geológica sobre la cual se encontraba la cabecera municipal acentuó su movimiento en parte por la desestabilización del terreno producida por las lluvias.

Este movimiento originó el deslizamiento de uno de los cerros de la parte occidental; que cubrió varias casas. El mismo movimiento telúrico de la falla afectó también los cimientos de las construcciones a partir del 16 de diciembre, lo que produjo que la mayoría de las construcciones fueran total o parcialmente destruidas. Tal fenómeno se prolongó y destruyó casi completamente el casco urbano, dejándolo completamente inhabitable.