Un ejercicio matemático basado en la posición de los principales cuatro candidatos a regir en la capital del país, permite aproximarse a cuál sería el volumen de sufragios que podría obtener cada uno hoy en las urnas
Al cierre de la campaña electoral por la alcaldía de Bogotá, y al abrirse las urnas a votación luego de las últimas encuestas, varias cosas pueden decirse. En primer lugar, depurado el censo electoral, hoy pueden votar alrededor de 4’900,000 personas que es la cifra más alta de electores en la historia de la ciudad.
A su vez, de ese rubro y de acuerdo con los promedios de las elecciones recientes, un 50 por ciento aproximado de personas habilitadas votarán. Es decir, unos 2’450,000 votantes inscritos o que lo harán en Corferias. A ello hay que restar los votos no marcados, blancos o nulos, que en consonancia con los porcentajes que suelen ocurrir pueden calcularse en la cifra aproximada de 200,000. En tal sentido, los sufragios efectivos para el escrutinio serán alrededor de 2´250,000.
Dicho lo anterior, para saber cuál puede ser la votación por cada candidato a la alcaldía en proporción a las encuestas de más reciente publicación en los diversos medios (al cierre de esta edición), pueden tomarse los promedios que cada cual presenta en ellas. En éstas, el candidato puntero, Gustavo Petro, oscila entre un 28 y un 30%, lo que significa que el aspirante de Progresistas podría hoy sacar entre 630,000 y 675,000 votos. El segundo, tercero y cuarto lugares viene siendo disputados entre los candidatos Enrique Peñalosa, Gina Parody y Carlos Fernando Galán. Peñalosa, en el segundo lugar, oscila entre el 19 y 21%, es decir que podría obtener entre 427,500 y 472,500 votos. Parody, por su parte, le sigue con entre el 15 y 17% de los sufragios, o sea que lograría una votación de entre 337,500 y 382,500 votos. Y muy cerca está Carlos Fernando Galán con el 14 y el 15%, o sea entre 315,000 y 337,500 votos.
Implicaciones
Lo anterior significa varias cosas. La primera, que la lucha por situarse mejor frente al puntero puede terminar neutralizando entre sí mismas unas candidaturas tan empatadas. La segunda, que en caso de despegue de una de las tres, tendría que tomar una proporción bastante grande de las otras dos aspiraciones. La tercera que de todas maneras los indecisos (no sabe/no responde), en un porcentaje entre el ocho y cuatro por ciento, suele dividirse en las mismas proporciones que ya tienen los diversos candidatos. Y la cuarta que los candidatos subsiguientes a los predilectos verán reducir sus exiguas preferencias. En tal sentido, David Luna, que en todo caso se mantiene con el 5% (112,000 votos) puede verse afectado, aunque siempre se ha logrado salvaguardar en esos rubros.
Estando los indecisos entre el cuatro y el ocho por ciento de las encuestas puede asumirse un promedio de seis por ciento, es decir, unos 135,000 votos. De ellos, Petro podría capturar 39,000; Peñalosa, 27,000; Parody, 21,600; y Galán, 18,900. Sin embargo, en los votos de los indecisos suelen producirse los mayores índices de votos nulos o no marcados, o también entran a engrosar los votos en blanco. Si fuera el caso de que, a su vez, algún candidato lograra preferencias superiores a las porcentuales, aún así el índice parecería muy escaso para cambiar las tendencias dentro de un rubro tan limitado salvo que obtenga una mayoría aplastante. De otra parte, por lo general el candidato que aparece en el primer lugar en los sondeos cerca del día de elecciones suele tomar parte del margen de error (3-4%) en su favor. Lo cierto es que no parece darse voto-finish para el primer lugar, pero sin duda lo hay para el segundo, tercero y cuarto.
Desde el punto de vista político, una vez transcurridas las elecciones, parece evidente que el candidato ganador en todo caso tendrá que llamar a sus contrincantes para hacer una especie de Unidad Nacional a la bogotana.