La crisis en Venezuela se agrava día tras día. Mientras que la dictadura continúa con su represión violenta a la oposición y los sectores que protestan por el fraude electoral del pasado 28 de julio, los líderes y partidos que luchan por el retorno a la democracia siguen resistiendo.
El mayor ejemplo de ello es la líder opositora María Corina Machado que si bien permanece en la clandestinidad y es blanco diario de amenazas y acusaciones falsas del régimen chavista, no se amilana.
En la última semana estuvo al frente de las protestas nacionales e internacionales por la libertad de los más de dos mil presos políticos registrados desde los comicios en que ganó el hoy asilado en España y presidente electo Edmundo González. Lo más grave es que no solo se trata de detenciones arbitrarias e ilegales, sino que incluso hay más de setenta menores de edad en prisiones, sin acceso a abogados ni respeto alguno por sus derechos humanos.
Machado también llamó a la cúpula militar y policial, así como a las demás autoridades políticas, económicas, judiciales e institucionales a respetar el dictamen popular y no seguir siendo cómplices de la dictadura.
Entretanto, Nicolás Maduro continúa desafiando a la comunidad internacional, pese incluso a que una comisión independiente de la ONU señaló a su gobierno de incurrir en delitos de lesa humanidad en los últimos meses. Prueba de ello, es que designó como ministro de Industria a Alex Saab, empresario colombiano señalado como testaferro del régimen y liberado por Estados Unidos en diciembre pasado tras un canje de prisioneros.
A la par de lo anterior, todos los días aumenta el asedio a los partidos de oposición, con capturas y desapariciones, así como un incremento de la represión violenta por parte de la Fuerza Pública y los llamados ‘comandos chavistas’.