El objetivo es facilitar el acceso a incentivos financieros para desarrollar REDD+ sin necesidad de que todo el país este en proceso de implementación de la estrategia. Por tal razón, el mundo volcará sus ojos a la Amazonía y al Pacífico colombiano, las zonas con mayores concentraciones boscosas a nivel nacional y por ende, las regiones donde avanzan estos programas. De ahí la denominación "subnacional".

La idea es que esta propuesta planteada en la Cumbre de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP 18) se replique a todos los países en desarrollo que tengan regiones listas y dispuestas a trabajar en REDD+ (en el corto y mediano plazo). Eso sí, bajo el cumplimiento de unas salvaguardias mínimas y estándares adecuados.

Iván Darío Valencia, asesor de la Oficina de Asuntos Internacionales del MADS, quien hace parte de la delegación colombiana, aseguró que "Colombia espera que se le defina un rol en el Fondo Verde Climático creado el año pasado en Sudáfrica para financiar REDD y que además se reconozcan las acciones a nivel subnacional que el país desea emprender. Es muy importante para que la estrategia REDD a futuro pueda recibir recursos de nivel global".

Según Valencia, parte del éxito de la propuesta obedecerá a que "los motores de deforestación son muy diferentes entre las regiones así como las circunstancias sociales. Se espera que la Cumbre reconozca este hecho, porque hay países que preferirían que todo comenzara a nivel nacional. El problema con esa modalidad es la demora y el costo porque no es fácil llegar a un determinado nivel de preparación al mismo tiempo. De ahí la importancia de segmentar".

Esta propuesta podría implementarse en Colombia en tres o cuatro años, dependiendo de las negociaciones y de la posición de otras naciones que preferirían arrancar en 2020 por temor al "coletazo" de la crisis económica. No obstante, Valencia aseguró que el equipo negociador "dará la pelea" para que el país sea escuchado gracias a la buena imagen que tiene ante la Conferencia de las Partes, que se desarrolla en Doha, capital de Qatar.