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EL NUEVO SIGLO:- ¿Tras este nuevo fallo de la Corte Constitucional dando vía libre al matrimonio entre personas del mismo sexo, en qué queda el concepto de familia que señala la misma Carta Política?
LUIS AUGUSTO CASTRO:- En primer lugar el concepto de familia queda muy mal, la Corte Constitucional no ha tomado en cuenta esa parte que, entre otras cosas, es como vive Colombia y viven los colombianos. Está haciendo su reflexión en una línea muy preocupante, en una línea mundial en que se mueve todo esto, porque esto del matrimonio como fue aprobado es una cosa pequeña en comparación con los objetivos grandes que se tienen ¿Cuáles son esos objetivos? Llegar a borrar la diferencia entre masculino y femenino, que no haya distinción. Y llegar a borrar la diferencia entre hombre y mujer. Me parece absurdo todo esto, pero ese es propósito final de toda esta corriente y eso es gravísimo.
Aquí no estamos frente a un problema religioso, ni más faltaba, ni siquiera estamos frente a un problema ético, sino frente a un problema antropológico, que significa que se quiere alterar la misma identidad del ser humano que todos lo vemos como hombre y mujer. Quieren que esa distinción desaparezca. Ya se han hecho experiencias, especialmente con los niños, eso es lo más horrendo, donde se van educando en la indiferencia, es decir no se les dice qué es niño y qué es niña, y que después, más tarde, escoja cómo quiere ser. El asunto de ir a una notaría y hacer algo allá, está enmarcado en una tendencia, en unos objetivos y en un espíritu. Eso es lo que están buscando tantos movimientos en el mundo. Eso es lo grave, más que ir a la notaría.
ENS:- ¿Es lo que más le preocupa de este fallo?
LAC:- Lo que me preocupa es todo el proceso mundial que se está adelantando, del cual esto es una parte, pero todo el proceso tiene unos objetivos muy definidos, que tal vez ni siquiera las personas que se usufructúan de estos beneficios que les da la Corte son conscientes. Y ese objetivo es acabar con la distinción de lo masculino y femenino, acabar con la realidad del padre y la madre.
ENS:- ¿Entonces la familia ya no es la familia ni el matrimonio el matrimonio?
LAC:- Este fallo hace que las personas se sientan casadas y que se sientan bien frente a la sociedad. Pero se hacen una ilusión muy tonta si creen que con eso acabaron con el concepto de familia que tenemos de un papá, una mamá y unos hijos. Eso no va a cambiar, pero la tendencia es a cambiar eso, es a acabar con la familia. Por eso es que es muy importante saber también a qué atenernos o, mejor dicho, saber cuáles son las intenciones de la Corte Constitucional, hasta qué limite va a llegar, hasta dónde va a destruir la familia que ha sido la de todos nosotros, incluidos los miembros de la Corte, pues todos tuvieron papá, mamá y hermanos. No pueden hacerse los ciegos ante esa realidad.
ENS:- ¿Queda algún recurso a interponer ante el Alto Tribunal para que se reconsidere un fallo que, se prevé, dará vía libre al matrimonio homosexual?
LAC:- Creo que desde el punto de vista jurídico ellos tienen la última palabra, pero también tienen la primera. Ese es un organismo totalmente independiente y pueden hacer lo que quieran, y por eso hace estas cosas. De manera que no estaría mal, no para darle un contentillo a la guerrilla, en el futuro pensarse en una constituyente para reformar esa figura de la Corte Constitucional y que sea más democrática, que escuche también cuáles son las tendencias del mundo y que informe, porque todo es una cosa tapada allí donde toman una decisión que va en contravía de lo que piensa la sociedad. Todo eso hay que reformarlo.
ENS:- ¿Debe reformarse la autonomía funcional y facultades de la Corte?
LAC:- Me parece que la Corte fue un invento de la última constituyente, fue un invento que vale la pena y es susceptible de corrección.
ENS:- ¿Cree que la Corte se extralimitó?
LAC:- Claro que sí, en el sentido de que la Constitución que se tiene que defender, habla muy claro de la familia compuesta por un esposo, una esposa y unos hijos. Ese punto de la Constitución se echó por el suelo hace mucho tiempo, y eso es lamentable, para acoger las teorías de una minoría de personas que también hay que respetar, que también hay que ayudar. Pero entonces uno queda en la incertidumbre, pues como van las cosas para darles campo a estas personas, van acabando con la familia constituida por padre y madre e hijos. A este punto uno puede esperar cualquier cosa de la Corte Constitucional, por eso estas cosas es bueno decirlas.
¿Y el Congreso?
ENS:- ¿Al Congreso le faltó legislar, le dio temor?
LAC:- No lo sé, el hecho es que la Corte está por encima del Congreso. Considero que muchas cosas que hace la Corte las debería hacer el Congreso, para que sean decisiones democráticas, discutidas, participadas, donde se escuche al pueblo. Este grupito allá hace lo que quiere, naturalmente hace sus reflexiones, sus discusiones, pero no son representativas de nadie
ENS:- Hay congresistas que plantean que este tema sea llevado a un referendo para que la ciudadanía, el constituyente primario, se pronuncie ¿Su opinión?
LAC:- No sabría darle una opinión en este momento porque eso también tiene sus aspectos delicados. Prefiero no pronunciarme sobre el asunto.
ENS:- ¿Fallos como el que permite rebajas a violadores sexuales, el que prácticamente dijo sin piso la dosis mínima de estupefacientes y los que viabilizan la adopción gay y ahora el matrimonio homosexual, qué sensación dejan sobre la línea jurisprudencial que se impone en las altas Cortes y su efecto sobre una sociedad como la colombiana?
LAC:- La sensación que deja es lamentable. Nosotros nos damos cuenta de que hay una ecología relacionada con la naturaleza, con la tierra, que la hemos pisoteado terriblemente y estamos tratando de corregir esto. Pero también hay una ecología humana. Esa lista que hace (las decisiones judiciales anotadas) son realidades puramente humanas que están siendo pisoteadas, hay una corrección que hay que hacer aquí porque realmente son muchas las cosas que se han hecho sacrificando a los mismos seres humanos. Por ejemplo ¿Ese asunto de las adopciones (por parte de parejas del mismo sexo) a qué lleva? Lleva a que se violen los derechos del niño para entregarlo a una pareja que no puede garantizar un papá y una mamá. Se responde al gusto de una pareja y se sacrifican los derechos fundamentales de los niños. Todo eso hay que tenerlo en cuenta. Parece que vamos mal, ojalá el pronunciamiento sobre la familia por parte del Papa sirva de algo para que reflexionemos mejor sobre el tratamiento que le estamos dando a la familia y la sociedad en general.
¿Y ahora?
ENS:- ¿Han pensado alguna reunión con los magistrados?
LAC:- No hemos hablado de esto. La semana que viene nos reuniremos, pero en cierta forma a la Corte como al Presidente, a todos a quienes se les ha hecho llegar la sociología nuestra, en espera de que sea acogida, lo que pasa es que muchas veces se salen por la tangente, diciendo que esto no es un asunto religioso. Y pues claro que no es un asunto religioso, es un asunto antropológico y tiene que ser tratado a ese nivel. Hay una serie de medidas que a veces lo dejan a uno como desarmado.
ENS:- Los críticos de este fallo de la Corte sostienen que por la vía de alegar la igualdad de derechos para las minorías, estos terminando imponiéndose y siendo prevalentes sobre los de las mayorías ¿Su opinión?
LAC:- Eso es lo que yo quisiera que la Corte me explicara. Para favorecer los derechos de las minorías, que hay que responderles porque son seres humanos, cómo logran hacer eso sin pisotear el derecho de las mayorías. Aquí no se trata de mayorías ni de minorías, sino de los derechos del ser humano como tal, que están siendo un poco pisoteados, al punto que está en peligro la institución misma de la familia. Todos los magistrados han tenido papá, mamá y hermanos, saben el valor de la familia ¿Por qué van como poniendo premisas para llegar a perjudicar a la familia? Pues que lo digan ellos.
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La alegría del matrimonio ante la decisión de la Corte
Por Daniel Bustamante Goyeneche Pbro.
Director Departamento Matrimonio y Familia
Conferencia Episcopal de Colombia
La unión entre personas del mismo sexo no cumple las mismas funciones sociales por las que el Derecho regula y protege el matrimonio, por lo que no tiene sentido atribuirle toda la regulación jurídica del matrimonio.
El Matrimonio es una institución que tiene una vocación primaria a la procreación, que solo pueda darse entre un hombre y una mujer. Por lo tanto las personas del mismo sexo no pueden por naturaleza procrear. En efecto, el matrimonio no es una institución meramente “convencional”; no es el resultado de un acuerdo o pacto social. Tiene un origen más profundo. Se basa en la voluntad creadora de Dios. Dios une al hombre y a la mujer para que formen “una sola carne” y puedan transmitir la vida humana: “Sed fecundos y multiplicaos y llenad la tierra”. Es decir, el matrimonio es una institución natural, cuyo autor es, en última instancia, el mismo Dios. Jesucristo, al elevarlo a la dignidad de sacramento, no modifica la esencia del matrimonio; no crea un matrimonio nuevo, sólo para los católicos, frente al matrimonio natural, que sería para todos. El matrimonio sigue siendo el mismo, pero para los bautizados es, además, sacramento.
Lo que está en juego, en este caso como en cualquier otro en el que la Iglesia alza la voz, es el respeto a la dignidad de la persona humana y a la verdad sobre el hombre. El sujeto de derechos es la persona, no una peculiar orientación sexual. El matrimonio no es cualquier cosa; no es cualquier tipo de asociación entre dos personas que se quieren, sino que es la íntima comunidad conyugal de vida y amor abierta a la transmisión de la vida; comunidad conyugal y fecunda que sólo puede establecerse entre hombre y mujer. Por otra parte, no se puede privar a los niños del derecho a tener padre y madre, del derecho a nacer del amor fecundo de un hombre y de una mujer, del derecho a una referencia masculina y femenina en sus años de crecimiento.
La Iglesia enseña que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, debe ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando “todo signo de discriminación injusta”. Del mismo modo, la Iglesia también ha recordado que no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. Las personas del mismo sexo pueden tener otro tipo de unión que debe ser protegido, pero que en esencia es distinto al matrimonio.
“Dios creó el hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los creó” (Gn 1, 27). “Creced y multiplicaos” (Gn 1, 28); “el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó “Hombre” en el día de su creación” (Gn 5, 1-2). Es de recordar que la mayoría de los colombianos profesamos la Fe Católica, la cual reconoce la noción de matrimonio que surge de la unión de un hombre y una mujer. La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro. Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La diferencia y la complementariedad físicas, morales y espirituales, están orientadas a los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. La armonía de la pareja humana y de la sociedad depende en parte de la manera en que son vividas entre los sexos la complementariedad, la necesidad y el apoyo mutuos.
No podemos ceder ante la indebida presión de algunos grupos de interés, empeñados en socavar los valores fundamentales del matrimonio y de la familia. Exhortamos a nuestros feligreses y a los ciudadanos de buena voluntad a mantenerse fieles a las enseñanzas morales del Evangelio, camino de vida y plenitud humana.
Animados por el Papa Francisco, que nos insiste que “los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia […] Es inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo ».(Relación final 2015, 76; cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales (3 junio 2003), 4.) Debemos reafirmar nuestro compromiso de defender la naturaleza auténtica y los derechos inalienables de la familia, fundada en el amor y el compromiso de un hombre y de una mujer.
Oramos por Colombia, especialmente por los esposos y esposas que viven fielmente su compromiso de amor matrimonial para que, con su testimonio de vida, manifiesten a la sociedad la belleza de la familia cristiana. / www.cec.org.co/