No cuadran las cuentas para sacar del problema financiero al sector de la salud. De acuerdo con el senador Horacio Serpa, “Como ya lo dije en algunas intervenciones, en el sector se presenta la repetición de la repetidera, dado que hace varios años, a pesar de tantos compromisos, la precaria situación del sistema no mejora. Al contrario, se deteriora mes a mes”.
Expresó también que “continúa la mala atención de los pacientes porque a los hospitales públicos y clínicas no les pagan los servicios prestados. Las ‘famosas’ Empresas Prestadoras de Salud, EPS, no cumplen sus compromisos económicos. Es decir, no cancelan lo que deben a hospitales y clínicas, por lo que no se puede pagar a los médicos ni a los trabajadores y empleados del sector, ni a los que invierten sus capitales y se endeudan para atender los pacientes. Siguen las citas demoradas, las consultas especializadas son imposibles, llega el cierre de servicios, continúa el procedimiento de la tutela para medio alcanzar medicamentos y procedimientos quirúrgicos y sigue la cultura del acetaminofen”.
Señaló que “las EPS siguen disfrutando porque el Estado agota su presupuesto pagándoles lo que corresponde. Nadie vigila, nadie controla, ningún llamado de atención, ninguna sanción, ninguna corrección a las malas prácticas y a los abusos. Lo del giro directo se volvió una burla, el sistema de rechazos y glosas es una excusa para no pagar, nunca se hizo nada por la llamada integración vertical. Como el sistema atribuyó arbitrariamente unas obligaciones a las Entidades Territoriales, que no tienen recursos para cumplirlas, siguen las deudas, los atrasos y el caos. Los enfermos, ‘en la olla’. Como no hay prevención ni promoción, hay más enfermos, más crisis, más muertos”.
Sostuvo que “el Gobierno no ha tenido éxito en la solución. Reconoció la crisis financiera, pero es de todo el sector. Sigue sin responder por las deudas de Caprecom, que son del Estado, parece que encubriera las de Saludcoop que también son propias porque intervino y liquidó con pésimos resultados, quebró a Cafesalud y no se sabe a ciencia cierta qué va a pasar con sus pacientes y con sus obligaciones. Para dónde va Medimás, no se sabe”.
Por su parte, el superintendente de Salud, Norman Julio Muñoz Muñoz, quien atendió la convocatoria de la Comisión del Congreso, resaltó el carácter técnico que se le ha dado a la entidad en la presente administración. Reconoció como el gran problema la crisis financiera del sistema de salud, en donde se detecta la corrupción, informalidad, fallas de regulación, control de medicamentos, que generó dificultades en favor de unos terceros, como los pacientes y unos beneficios como los laboratorios que se lucraron de esa falta de regulación.
“El desbalance es de cerca de $2 billones, nos estamos gastando más de lo que tenemos, afectando no solo a los prestadores sino a todos los que están en el ciclo”, indicó el funcionario.
Como estrategia desde el Gobierno, el funcionario anunció la recuperación patrimonial del sistema, a través de unos instrumentos financieros para beneficiar a las empresas prestadoras de salud, y unos nuevos recursos corrientes presentes en la reforma tributaria, “si este balance no se corrige la cartera vencida nunca se va a poder resolver de manera rápida, coherencia entre los recursos disponibles y los gastos”.
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