Los países que participan este en una conferencia de donantes para Siria en Kuwait se comprometieron a conceder unos mil millones de dólares al país, mientras la oposición denunciaba el "laxismo" de la comunidad internacional tras la consternación provocada por el hallazgo la víspera de los cuerpos de unos 80 opositores ejecutados en Alepo (norte).
Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos anunciaron una ayuda de 300 millones de dólares cada uno en la apertura de esta conferencia auspiciada por la ONU para intentar recaudar 1.500 millones de dólares. Arabia Saudí siguió sus pasos anunciando otros 300 millones, según un responsable de un país del Golfo, que pidió permanecer en el anonimato.
"El total de lo prometido alcanza hasta ahora en torno a mil millones de dólares", una cifra provisional comunicada a la AFP por este responsable.
Bahrein anunció una ayuda de 20 millones de dólares.
Por su parte, Alemania informó en un comunicado del ministerio de Asuntos Exteriores de la entrega de 10 millones de euros (13 millones de dólares) y recordó haber proporcionado en 2012 unos 103 millones de euros (139 millones de dólares).
La Comisión Europea ya había indicado el martes que anunciaría en Kuwait una ayuda de 100 millones de euros (135 millones de dólares) que se suman a otros 100 millones de euros que ya desbloqueó Bruselas.
Estados Unidos también anunció el martes la entrega de 155 millones dólares para los refugiados, lo que eleva a 365 millones de dólares la ayuda humanitaria estadounidense a los sirios.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había instado a recabar 1.500 millones de dólares para responder a las necesidades humanitarias de los civiles sirios.
Unos sesenta países participan en esta conferencia auspiciada por la ONU, que se dispone a lanzar un programa masivo para los cuatro millones de sirios que necesitan urgentemente ayuda en el interior del país.
"Laxismo internacional"
En Siria, unos 80 cuerpos fueran recuperados el martes de un río de Alepo y el régimen sirio acusó a Frente Al Nosra, un grupo de islamistas radicales presente en casi todos los frentes de Siria, de ser los responsables de estas ejecuciones sumarias.
Por su parte, la oposición habló de una "nueva masacre" del régimen alentado por "el laxismo internacional" y "la complacencia extrema" de numerosos países.
Esta falta de acción de la comunidad internacional da "luz verde a los actores del genocidio para que lo continúen", juzgó la Coalición de la oposición.
La oposición llamó al Consejo de Seguridad a apoyar a la justicia internacional para que el presidente "Bashar al Asad y todos los que contribuyeron a esta masacre respondan de los crímenes contra la humanidad" y lanzó una nueva advertencia.
"Los sirios se contienen todavía mucho para evitar caer en la trampa de la guerra civil pero las provocaciones del régimen alcanzaron un nivel peligroso que ningún humano podría tolerar", previno la Coalición.
La revuelta en Siria, que comenzó el 15 de marzo de 2011 siguiendo la estela de la Primavera Árabe, se inició con manifestaciones pacíficas, antes de militarizarse, sumiendo al país en un conflicto armado que dejó más de 60.000 muertos, según la ONU.
La víspera, el mediador internacional de Naciones Unidas y la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, pidió al Consejo de Seguridad actuar de urgencia y denunció "el horror" de la guerra civil.
Brahimi estimó que Asad perdió su legitimidad y sugirió que el Consejo "elimine la ambigüedad" del plan de salida de la crisis de Ginebra, que prevé un gobierno de transición sin pronunciarse sobre la suerte del cuestionado presidente. Para Brahimi, este gobierno debería tener "todos los poderes del Estado".
Los occidentales y la oposición reclaman la salida de Asad, mientras que Rusia se niega a contemplarla a priori. Moscú y Pekín vetaron tres veces resoluciones occidentales para presionar a Damasco.
Por su parte, este miércoles Pekín volvió a llamar a un "diálogo nacional" que las autoridades sirias garantizan organizar para encontrar una salida al conflicto que permitiría una transición completamente controlada por el régimen actual y rechazada por la oposición y la comunidad internacional.
Sobre el terreno, la violencia que el martes dejó 150 muertos, entre ellos 69 civiles, empujan a más sirios al exilio. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados contabilizó más de 700.000 refugiados y prevé 1,1 millón de aquí a junio si el conflicto no finaliza.