Nicolas Sarkozy anunció que presentará mañana un proyecto "global y coherente", un anuncio muy esperado dado que, contrariamente a su rival socialista François Hollande, el presidente y candidato no ha sometido todavía su programa a los franceses.
"Presentaré un plan global y coherente" el jueves próximo, declaró Sarkozy a la televisión Canal +.
Con ese plan, que retomará y cifrará el conjunto de las propuestas que hizo sucesivamente en las últimas semanas, la campaña de Sarkozy por su reelección, hasta ahora centrada en la inmigración y la seguridad, entrará en una nueva fase, particularmente en el dominio económico.
Los siete asesinatos cometidos el mes pasado por el yihadista francés Mohamed Merah hicieron que la campaña tuviera por eje el tema de la seguridad y dieron al jefe de Estado la posibilidad de hacer hincapié en su estatura de presidente frente a su principal adversario, el socialista François Hollande.
Los temas de la inmigración y la seguridad responden también a una estrategia de Sarkozy destinada a atraer al electorado tradicional de la extrema derecha.
Pero los asuntos sociales y económicos, empezando por el desempleo, son las principales preocupaciones de los franceses, que se interesan menos de lo habitual en esta campaña presidencial.
"He querido aportar a lo largo de la campaña ideas nuevas. He hablado de referéndum, he hablado de la reforma (de los acuerdos) de Schengen, he hablado del IVA antideslocalización, he hablado de la baja de las cargas para acercar el salario neto del salario bruto, he hablado de las fronteras, he hablado del gravamen para los exiliados fiscales", recordó Sarkozy.
El jefe de Estado y candidato conservador justificó su opción de "desgranar" sus propuestas en vez de presentar un proyecto de una vez, como su principal rival, el socialista François Hollande, sosteniendo que "una idea que es dada en los medios de información queda absolutamente fuera de moda y no tiene más interés en los mismos medios entre la mañana y la tarde".
Añadió que haría nuevas propuestas el jueves y otras "entre las dos vueltas" de la elección presidencial, previstas el 22 de abril y el 6 de mayo próximo.
Sarkozy defendió al mismo tiempo la legalidad de las cuentas de su anterior campaña presidencial de 2007
"Como siempre antes de la presidencial, hay un cierto número de bulos malolientes, es clásico, esto no sorprende a nadie, pero no por ello es verdad", declaró Nicolas Sarkozy a propósito de las investigaciones sobre los casos ligados a la multimillonaria Liliane Bettencourt, heredera de la firma de cosméticos L'Oréal.
"Quisiera decir una cosa sobre las cuentas de mi campaña de 2007", que "no fueron cuestionadas por nadie". "La comisión de cuentas de campaña certificó esas cuentas diciendo 'no hay un céntimo del que pueda preguntarse de dónde viene, no hay un gasto del que pueda preguntarse por quién fue financiado'", insistió Sarkozy.
Las investigaciones sobre el tentacular asunto Bettencourt parecen acercarse a Sarkozy en las últimas semanas, dado que un juez de instrucción de Burdeos se pregunta si retiros de dinero en efectivo de las cuentas de la familia Bettencourt pudieron servir para financiar ilícitamente su campaña.
El juez investiga en particular dos retiros de 400.000 euros cada uno, en febrero y en abril de 2007. Según ciertos testimonios no confirmados formalmente, el dinero podría haber sido entregado al ex ministro Eric Woerth, que era en la época tesorero de la campaña de Sarkozy.
El presidente no había hablado hasta ahora sobre los nuevos elementos de la investigación.
Sus comentarios suscitaron una áspera reacción del equipo del candidato socialista a la presidencia, François Hollande.
"Hay un caso Bettencourt, Woerth-Bettencourt, que es instruido por la justicia. Decir que se trata de bulos malolientes es casi un insulto a la justicia", declaró Jean-Marc Ayrault, consejero de Hollande y presidente de la bancada socialista en la Asamblea Nacional.
Los sondeos son más favorables al presidente saliente en los últimos días, y muchas de las encuestas lo sitúan en cabeza en la primera vuelta, pero en la segunda François Hollande sigue siendo el gran favorito, con entre 54% y 56% de las intenciones de voto