La producción industrial de Brasil retrocedió un 0,8% en marzo y acumula una fuerte caída del 4,7% a 12 meses, en un reflejo de la desaceleración económica que experimenta el país, según cifras oficiales divulgadas el miércoles.

La séptima economía global recorre su quinto año de crecimiento lento, y tras cerrar el 2014 prácticamente con la actividad estancada –expansión de 0,1%-, las previsiones para el año en curso son negativas. El FMI proyectó el mes pasado que Brasil se contraerá 1% y el mercado es aún más pesimista: espera un retroceso de 1,18%, según la última encuesta del Banco Central.

La industria brasileña, que había caído un 1,3%en febrero (dato revisado desde el 0,9% informado originalmente), también en la medición desestacionalizada, fue arrastrada este mes por el retroceso del 4,7% en la fabricación de vehículos y carrocerías, que ya lleva un semestre negativo, seguido por la baja del 3,8% en maquinarias y equipos y del 8,1% en productos de informática.

Los bienes de capital cayeron un 4,4% contra febrero; los durables, un 3,1% y los de consumo un 1,1%.

"La industria vuelve a mostrar un menor ritmo productivo, expresado no solo en que es la segunda caída consecutiva en relación al mes anterior, sino también en el perfil diseminado de tasas negativas: todas las grandes categorías económicas y la mayor parte de las actividades tuvieron una reducción en su producción", señaló el estatal Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística (IBGE) en su informe.

"Con el resultado de marzo del 2015, la producción industrial se encuentra un 11,2% debajo del nivel récord alcanzado en junio del 2013", añadió.

También el desempeño de la industria fue negativo en la medición interanual –con estacionalidad- y anotó su décimo tercer resultado negativo en línea, en este caso de un 3,5%, que indica una desaceleración de la caída del 9,4% que había registrado en febrero. El indicador estuvo influido por la menor cantidad de días útiles del mes, con respecto al 2014.

En la medición con estacionalidad, el retroceso del primer trimestre fue del 5,9%, dijo el IBGE.

Brasil enfrenta un marcado deterioro de algunos de los principales indicadores macroeconómicos, como las cuentas públicas, la balanza comercial, una inflación proyectada por encima del 8%, un debilitamiento de la moneda y un desempleo creciente.

El gobierno izquierdista de la presidenta Dilma Rousseff busca canalizar una serie de ajustes para reencauzar la economía, pero enfrenta obstáculos cada vez más empinados en el Congreso, donde ni siquiera sus aliados respaldan plenamente el paquete de ajuste.

Además, el país quedó envuelto en una crisis de confianza desde que fue revelada la trama de una monumental estafa a la petrolera Petrobras, controlada por el Estado, que desató una investigación sobre decenas de legisladores, dos gobernadores y envió a prisión al ahora extesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece Rousseff