LA PRODUCCIÓN de la industria creció 1,6%, sin petróleo, al cierre del primer trimestre de este año. De acuerdo con la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta de la ANDI, la producción, si se incluye la refinación de crudo, disminuyó en el mismo periodo -2,4%, las ventas totales cayeron -4,1% y, dentro de éstas, las ventas hacia el mercado interno disminuyeron -3,0%.
Según el gremio empresarial, “si bien se mantienen las caídas en producción, ventas y exportaciones, vale la pena anotar que este desempeño está impactado por la parada de planta de la refinería de Cartagena. Si excluimos este sector estaríamos hablando de tasas positivas de 1,6% en producción y 1,5% en ventas”.
Indica el informe que “con respecto a los demás indicadores de la encuesta encontramos una utilización de capacidad instalada en niveles ligeramente por debajo del promedio histórico; inventarios al alza, pero buenos pedidos”.
Sostiene la ANDI que en el clima para los negocios, el indicador de situación favorable retrocede, en tanto que las expectativas de corto plazo comienzan a reaccionar y se sitúan en los niveles históricos de la encuesta.
“Por el lado del comercio exterior, encontramos que mientras las exportaciones totales del país disminuyeron -30,2% en el primer trimestre, las exportaciones manufactureras cayeron -7,3%, manteniéndose por tercer año consecutivo el mal desempeño de las ventas externas de la industria”, asegura el informe.
Si bien el mayor ritmo de devaluación actual del peso contribuye a mejorar la rentabilidad de las exportaciones y de los bienes que compiten con las importaciones, la competitividad no depende exclusivamente del componente cambiario en tanto el país mantiene grandes limitantes en infraestructura, trámites, incertidumbre jurídica, capital humano, ciencia, tecnología e innovación, formalización empresarial, entre otros.
Otro de los temas prioritarios está en las decisiones de inversión del empresariado. Cerca de la mitad de los empresarios tiene proyectos de inversión para ejecutar en el presente año, lo que constituye una señal favorable para el crecimiento futuro de la actividad industrial. No obstante, el porcentaje de empresarios con proyectos de inversión es inferior al reportado hace un año.
“Tenemos entonces una industria que comienza a mostrar algunos síntomas positivos, pero donde el panorama no está plenamente despejado. Lo anterior pone de presente la urgencia en la ejecución de una política de reindustrialización. Una estrategia público-privada de esta naturaleza nos permitiría pensar en la consolidación de tasas positivas en producción y ventas, en la recuperación de las exportaciones y en la ejecución de proyectos de inversión que hoy se encuentran aplazados”, aseguran los industriales.
Con respecto al indicador de utilización de la capacidad instalada, en el mes de marzo se situó en 72,3%, por debajo del promedio histórico de la EOIC (76,4%) e inferior a la capacidad instalada reportada un año atrás (74,7%). Excluyendo refinación de petróleo la utilización de capacidad instalada es de 75,7%. Con este resultado se aísla el sesgo a la baja que el cierre temporal de Reficar ha significado en el indicador total.
De otro lado, el 90,2% de la producción calificó sus pedidos como altos o normales, cifra similar a la registrada en marzo de 2014. En el caso de los inventarios, éstos son calificados como normales o bajos por el 76,1% de la producción manufacturera frente a un 84,6% del mismo periodo en 2014.