Los dos sindicados de ser los autores de la muerte de los sacerdotes Rafael Reátiga y Richard Piffano, hace un año al sur de Bogotá, fueron enviados a prisión por la juez 31 de garantías.
Según la determinación, Gildardo Peñate Suárez, alias Gavilán, e Isidro Castiblanco Forero, alias Gallero, fueron recluidos en distintos centros carcelarios, por razones de seguridad.
Castiblanco, quien se constituyó en el principal testigo de la Fiscalía, fue recluido temporalmente en el búnker de la Fiscalía debido a que ha recibido amenazas de muerte.
El juez 31 de garantías consideró que los dos presuntos homicidas eran un peligro para la sociedad y eventualmente obstruían a la justicia, el juez argumentó que la gravedad de los delitos y como sus penas superan los cuatro años eran merecedores de la medida de aseguramiento.
De la misma forma fueron puestas ante el juez unas presuntas amenazas de muerte contra los familiares de Castiblanco ya que fue el testigo clave de la Fiscalía para esclarecer el crimen de los sacerdotes
La Fiscalía imputó a los indiciados los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas.
Según el dictamen de Medicina Legal, el padre Reátiga murió por 2 impactos de bala, mientras que Piffano murió por 3 balazos, propinados por los sicarios que ellos mismos contrataron.