La vía férrea Qinghai-Tíbet de China, el sistema ferroviario ubicado a mayor altura del mundo, conmemoró el primero de julio su décimo aniversario.
La línea ferroviaria de 1.956 kilómetros de longitud une al Tíbet con la vecina provincia de Qinghai. Cuando fue inaugurado el 1 de julio de 2006, el sistema puso fin a la inaccesibilidad del Tíbet.
A las 10:00 hora local del 1 de julio, un tren Z323 completamente lleno proveniente de la ciudad sudoccidental de Chongqing llegó a la estación de trenes de Lhasa, la capital de la región, donde ya comenzó la temporada alta de turismo.
"Ésta es la primera vez que estoy en el Tíbet. A través de las ventanas del tren pude observar rebaños de ovejas y ganado, así como montañas magníficas cubiertas de nieve", indicó Liao Xueyin, un turista de la provincia de Sichuan, en el suroeste de China.
Zhu Binyu, maquinista de un tren Z917 que partió hoy de la ciudad nororiental de Lanzhou hacia Lhasa, dijo sentirse honrado de trabajar durante el décimo aniversario.
Zhu, de 26 años de edad, comentó que el personal del tren compartió un gran pastel con los pasajeros para celebrar el aniversario.
La oficina de correos de Qinghai presentó por la ocasión en una pequeña ceremonia en la estación de trenes de Xining la emisión de una estampilla conmemorativa.
"Para nosotros los trabajadores ferrocarrileros, el décimo aniversario es un momento glorioso", dijo con orgullo Lei Zengxiang, un trabajador de ferrocarriles que compró una serie de las estampillas.
La vía férrea Qinghai-Tíbet, cuya construcción comenzó en 2001, es la vía más larga del mundo construida sobre una meseta y su punto más elevado se ubica a 5.072 metros sobre el nivel del mar.
Losang Jamcan, presidente del gobierno regional, dijo en una entrevista con Xinhua que el Tíbet continuará ampliando su red ferroviaria hasta el año 2030. "Para ese entonces, el Tíbet estará mejor conectado con las áreas circunvecinas y con el sur de Asia", indicó.
"El Tíbet es un área abierta importante a lo largo de la frontera. Es una puerta clave a lo largo de los corredores económicos de China, Bangladesh, la India y Myanmar", agregó.
Jamcan dijo que el Tíbet construirá más líneas de transporte que unan al sur de Asia. La red ferroviaria se extenderá hacia los puertos de Jilung, Yadong y Burang a lo largo de las fronteras chinas con la India y Nepal, añadió.
Wang Fuhai, un chofer de camión, todavía recuerda que antes de que se inaugurara la vía férrea enfrentaba dificultades para conducir de Xining, capital de Qinghai, a Lhasa.
"En ese entonces, el Tíbet era un paraíso remoto. Podía tomar medio mes conducir hasta allá si había mucha nieve", recordó el chofer de 52 años de edad, quien añadió que cada viaje era una arriesgada aventura.
Ahora sólo se requieren 22 horas para llegar a Lhasa desde Xining en tren, lo que disminuye enormemente los costos de transporte. El ferrocarril transporta actualmente el 75 por ciento de la carga hacia el Tíbet.
Antes de que se abriera la línea ferroviaria, un pollo podía costar alrededor de 110 yuanes (16,5 dólares) y el poder de compra de 100 yuanes en el Tíbet era equivalente a sólo 54 yuanes de las áreas costeras, de acuerdo con un investigador la Academia de Ciencias Sociales Regional del Tíbet, He Gang.
Las compras en línea también se han vuelto más fáciles ahora que se pueden enviar paquetes por tren, dijo Ngoezhub, quien actualmente trabaja en Xigaze, la segunda mayor ciudad en el Tíbet.
El Tíbet, con una población de alrededor de 3 millones de habitantes, encabezó al país en pagos móviles en 2015. El 83 por ciento de las compras en línea en la región se realizaron mediante teléfonos móviles. Los pagos en línea per cápita de los tibetanos alcanzaron un promedio de 32.000 yuanes en 2015, de acuerdo con Alipay, la división de pagos del gigante de comercio electrónico chino Alibaba Group.
"El tren Qinghai-Tíbet acabó con el cuello de botella del transporte en el desarrollo social y económico del Tíbet", indicó He.
Hasta fines de mayo, 115 millones de pasajeros y 448 millones de toneladas de carga habían sido transportados por tren, lo que condujo el auge económico de la región en la última década.
Gracias a la vía férrea, muchas maravillas naturales difíciles de visitar, como el Gran Cañón del río Yarlung Zangbo y el monte Qomolangma (Everest), ahora son accesibles para los visitantes.
En 2015, 20,2 millones de turistas visitaron el Tíbet, 11 veces más que antes de que se inaugurara el tren. Los ingresos por turismo superaron el año pasado los 28.000 millones de yuanes, 15 veces más que hace una década.