Con una convocatoria a manifestarse contra el presidente islamista Mohamed Mursi, en el marco de una crisis política y económica, Egipto celebrará mañana el segundo aniversario del inicio de la revuelta que derrocó al gobierno de Hosni Mubarak.
Dos años después del sismo político, el país continúa buscando el equilibro entre un poder que invoca la legitimidad de las urnas y sus adversarios que denuncian la emergencia de un sistema autoritario dominado por los Hermanos Musulmanes.
La oposición laica convoca a los manifestantes a "todas las plazas Tahrir del país", en referencia a la célebre plaza de El Cairo que se convirtió a partir del 25 de enero de 2011 en el epicentro de une rebelión que culminó 18 días después con la caída de Mubarak.
Una quincena de partidos, movimientos y coaliciones llaman a manifestarse contra el actual presidente, al que se refieren como "Mursi Mubarak", bajo la misma consigna de hace dos años: "pan, libertad, justicia social".
Las autoridades han prometido que las fuerzas de seguridad no serán visibles en la plaza Tahrir para evitar incidentes, pero sí estarán presentes en los alrededores con el objetivo de detener a los "provocadores".
No obstante, el clima será también tenso por el veredicto del proceso contra los presuntos responsables de la muerte de 74 personas a la salida de un partido de fútbol en Port Said, al noroeste del país, en febrero de 2012. El anuncio del fallo se espera para el sábado.
Los aficionados del club cairota Al Ahly, que aseguran que la mayoría de las víctimas pertenecían a su hinchada, amenazan con manifestaciones violentas y con una "nueva revolución" si no se hace justicia.
El portavoz de los Hermanos Musulmanes, Mahmud Ghozlan, ha indicado que su movimiento no había decidido aún si desfilarían el viernes para celebrar el "Día de la Revolución" y apoyar al presidente.
La poderosa cofradía prevé, sin embargo, llevar a cabo acciones sociales y caritativas con motivo de este aniversario./AFP