Ayer se celebraron elecciones en cuatro estados, confirmando la tendencia de una candidata apoyada por los afroamericanos y un nominado que cuenta con el espaldarazo de la clase media sureña. EL NUEVO SIGLO analiza las implicaciones de esta jornada electoral.
En una nueva noche de primarias y caucus, los favoritos, Donald Trump y Hillary Clinton, ganaron en la mayoría de estados en contienda, ratificando su perfil como candidatos a la nominación de sus partidos. La ex secretaria de Estado confirmó su favoritismo en sectores afroamericanos y el magnate demostró que cuenta con un enorme apoyo de la clase media blanca.
Las elecciones se llevaron a cabo en cuatro estados: Michigan, Mississippi, Idaho y Hawai. Por efectos del número de pobladores, el primer estado constituyó el botín de oro de la noche, al repartir 59 delegados republicanos y 147 demócratas.
Tal como presupuestaron los sondeos, Trump ganó en Michigan. Faltando cerca del 20% de mesas escrutadas, el multimillonario le sacaba cerca de 10 puntos a sus rivales, Ted Cruz y Marco Rubio. John Kasich, el gobernador de Ohio, quedó rezagado del lote de perseguidores y luchaba por cumplir el umbral de 20% de votos que exige este estado, mientras que en Mississippi e Idaho ese mínimo electoral es del 15%.
Marcado por las dinámicas de globalización económica, Michigan es un estado secundario, que enfrenta una de las peores tasas de criminalidad y desempleo en Estados Unidos. De ser la joya de la corona de la industria automotriz, Detroit, su capital, pasó a tener un paisaje sórdido, con latas regadas por toda la ciudad y fábricas abandonadas.
La gran industria que acompañó a la ciudad en los años cincuenta quedó en el recuerdo. Chrysler y Ford se trastearon a China, luego a Vietnam e Indonesia, pese a la mirada desconsolada de miles de trabajadores que elaboraron las piezas de sus carros por más de veinte años. Trump logró catalizar la desazón de un pasado glorioso.
En sus discursos siempre reivindica la importancia de la mano de obra nacional, en especial, la de Detroit. Con un elevado tono proteccionista, el candidato ha dicho que uno de los ejes esenciales de su lema “Volvamos hacer América grande”, es obligar a las compañías nacionales a que fabriquen en Estados Unidos. Por eso ganó en Michigan y ganará en otros estados con un pasado o presente industrial.
Bernie Sanders, por el contario, derrotó a la favorita Hillary Clinton en Michigan. Pese a los sondeos que le daban a la ex secretaria de Estado un triunfo arrasador en este estado, el socialista finalmente triunfó al final de la noche, luego de un largo mano a mano entre ambos candidatos que cerró con una exigua diferencia a favor de Sanders de 2 puntos.
Otro de los estados cruciales en la noche fue Mississippi. Conocido por los brotes raciales entre blancos y afroamericanos, que llevó incluso a la creación de grupos racistas como el Ku Kux Klan (KKK), este estado también pone una cuota de delegados que si bien no es muy alta, no deja de ser importante para las aspiraciones de los candidatos.
Ayer entre los republicanos se repartieron 40 delegados, al tanto que los demócratas lucharon por 41. Hillary Clinton reconfirmó, como en Michigan, que es la candidata de los afroamericanos, sacándole más de 30 puntos a Sanders, quien, en un comienzo, parecía que iba contar con mayor respaldo de esta comunidad. De lo que va de estas primarias, Clinton ha logrado el 70% de los votos afros.
Donald Trump, por su parte, ganó en Mississippi, pero no arrasó como Clinton. Eso no quiere decir que no sea el candidato de un sector poblacional del sur de los Estados Unidos: los blancos de campo. Algunos de ellos suelen tener una inclinación por la gente de su color, cayendo en conductas racistas, y otros simplemente lo apoyan por su posición frente armas e impuestos. Pero lo cierto es que el magnate también se llevó este estado.
Los otros dos estados en definición fueron Idaho y Hawai. Los republicanos fueron los únicos que participaron, ya que los demócratas tendrán sus primarias el 26 y 22 de marzo, respectivamente. Al cierre de esta edición no se conocían los resultados en la isla por cuestiones geográficas y horarias. Pero se sabe que sólo se eligieron 19 delegados en disputa. En Idaho, Trump ganaba con el 50% de los votos.
Tras las elecciones de ayer, los candidatos hacen sus propias cuentas. Hasta el momento, Hillary Clinton ganó en 14 estados y Sanders en 8. Mientras que Trump triunfó en 14 regiones, seguido de Cruz en 6 y Rubio en 2. Todavía no hay nada decidido. Por supuesto que hay que tener en cuenta en qué estados ganó cada uno. Pero igualmente falta Florida, el próximo martes, donde se suele decidir el futuro de la nominación, y estados de la talla de Nueva York o California.