El presidente sudafricano, Jacob Zuma, exhortó a patronos y a empleados en huelga en la cuenca minera de Rustenburg, cerca de Marikana, a llegar rápidamente un acuerdo debido al impacto sobre la economía del país, que podría caer en "recesión".
"Urgimos a los empleados y a sus empleadores a hallar una solución rápida, teniendo en cuenta el impacto que podría tener (el conflicto) en nuestra economía", declaró Zuma, al iniciarse el congreso del Cosatu, la gran confederación de sindicatos sudafricanos.
"No podemos permitirnos una recesión", dijo el presidente, que enumeró las pérdidas de ingresos o de producción vinculados a huelgas desde principios de año.
"El importe de la producción perdida debido a huelgas desde hace nueve meses en las minas de oro y platino se acerca a los 4.500 millones de rands (420 millones de euros)", explicó. Esa suma equivale al 2% del volumen de negocios del sector minero.
De forma más reciente, las minas de la región sufren fuertes perturbaciones desde que los mineros de Marikana comenzaran una dura huelga el 10 de agosto, para reclamar importantes incrementos salariales. La tensión aumentó tras un tiroteo el 16 de agosto, en el que la policía mató a 34 manifestantes.
Según Zuma, el impacto de las pérdidas "va mas allá del sector minero" y también afecta a la "industria, la metalurgia".
El sector minero es el pulmón económico del país y contribuye al 9% del PIB o el 19%, si se le incluye todas las actividades anexas.