El presidente de Estados Unidos Barack Obama dijo este lunes que estaba dispuesto a realizar un "pequeño esfuerzo" para desactivar una crisis fiscal, pero advirtió que no cederá en sus planes para que los ricos paguen más impuestos.
Obama efectuó esas declaraciones en una fábrica de automóviles del estado de Michigan (norte), un día después de que se reuniera en la Casa Blanca con el líder republicano en la Cámara de Representantes John Boehner para discutir acerca de la situación fiscal.
A menos que Obama y Boehner llegaran a un acuerdo antes del 1 de enero, todos los estadounidenses deberán pagar más impuestos el año próximo y los expertos temen que la economía nacional se sumerja en una recesión.
Obama pidió al Congreso elevar el techo de la deuda del gobierno, fijado actualmente en 16,4 billones de dólares.
El presidente pretende igualmente extender los recortes de impuestos que pagan el 98% de los estadounidenses, pero aspira a aumentar aquellos que deben abonar los individuos con ingresos superiores a los 200.000 dólares anuales y las familias que ganen más de 250.0000.
Los republicanos exigen a su vez recortes a los programas sociales.
"Ya he dicho que voy a trabajar con los republicanos en un plan de crecimiento económico, creación de empleo y reducción del déficit", indicó Obama.
AFP