El presidente estadounidense Barack Obama lanza una ofensiva para conquistar a la clase media, en momentos en que la economía mejora lentamente y que nuevas batallas fiscales se perfilan en el Congreso.
Seis meses después del inicio de su segundo mandato de cuatro años, el presidente demócrata quiere ocupar el tiempo que le queda a "pensar y actuar sobre ideas que puedan ayudar a los estadounidenses a tener éxito", señaló el lunes ante partidarios reunidos en Washington.
Estas ambiciones de Obama podrían chocar contra el rechazo de los republicanos que controlan la Cámara de Representantes, clave en materia presupuestaria. Esta mayoría legislativa en la Cámara baja bloqueó varias iniciativas de la Casa Blanca en este terreno desde 2011 y el enfrentamiento ha derivado en duras batallas políticas.
Obama es esperado el miércoles en una universidad de Illinois (norte), su antiguo feudo electoral por el que fue senador, para un discurso que lanzará, según la Casa Blanca, una campaña de dos meses en favor de medidas para la clase media.
Este tema fue uno de los ejes centrales de la campaña de reelección del presidente en 2012: la idea de que una clase media dinámica constituye la mejor receta para la prosperidad de EEUU a largo plazo.
Obama tiene previsto dar discursos similares el miércoles en Missouri (sur) y el jueves en Florida (sureste), en un contexto de avance de la mayoría de los indicadores económicas y un mercado de bolsa que sigue subiendo, aunque el crecimiento y el desempleo siguen lejos de los buenos niveles de antes de la recesión de 2007-2009.
Cinco años después de que estalló la crisis financiera "el piso es un poco más firme, pero hay todavía mucho por hacer para que la clase media se sienta segura", argumentó el mandatario el lunes.
Hasta ahora la Casa Blanca no dio pistas sobre las medidas que podría buscar Obama y solo se refirió a temas generales: seguridad del empleo, formación, casa propia, cuidado médico accesible y ahorro para la jubilación.
Obama aseguró el lunes que presentará "ideas ambiciosas" y aclaró que algunas ya las introdujo en el debate público en el pasado.
Obama ha logrado poco con el Congreso en su segundo mandato. Fracasó en obtener medidas para limitar la circulación de armas de fuego y el Legislativo no se pone de acuerdo sobre la forma de abordar el déficit fiscal colosal del país. En tanto, el futuro de la reforma inmigratoria votada por el Senado parece al menos incierto en la Cámara.
El Congreso deberá ocuparse, una vez más, del techo de endeudamiento del país, superado una y otra vez y que debe ser decidido por el Legislativo. En 2011, los republicanos pugnaron por un fuerte recorte del gasto público durante una de estas discusiones, y EEUU quedó al borde del default.
Los desacuerdos entre los republicanos y los demócratas de Obama llevaron a fuerte recortes del gasto del Estado federal a partir de marzo.
Obama espera que cualquier acuerdo al que se llegue el Congreso -indispensable para que el Estado siga funcionando luego de octubre- reemplace la austeridad por una sumatoria de recorte gasto y alza de impuestos para los más ricos. Los republicanos rechazan ese camino.
El presidente vuelve al ruedo cuando los representantes comienzan a ocuparse de las legislativas de medio término, en noviembre de 2014.
Todos los representantes y un tercio de los senadores ponen sus escaños en juego y el presidente espera contribuir a que la Cámara de Representantes vuelva a control demócrata para recuperar margen de maniobra.