El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebró este martes el primer año de su proclamación como sucesor del fallecido Hugo Chávez instando a todos los sectores a atender las "dificultades económicas", una de las razones que motivan más de dos meses de sangrientas protestas con saldo de 41 fallecidos.
"Pido todo el apoyo del país como presidente de la república para abordar las dificultades económicas con todos los venezolanos", dijo Maduro en un acto en el palacio de Miraflores transmitido por la televisión oficial VTV.
Según el mandatario, el martes 22 de abril arranca una nueva "ofensiva económica" centrada en aumentar la producción nacional para "cumplir la meta de vencer la inflación", promover los "precios justos" -de acuerdo con la ley recién promulgada en enero- y una reforma fiscal que ensanche la base de recaudación "entre quienes más tienen".
"Necesitamos una poderosa base económica que sustente el desarrollo social del país (...) Tenemos que producir más en Venezuela y producirlo todo. Hay que dejar la importadera", agregó.
Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras mundiales, enfrenta una crisis económica con una inflación anualizada de 57,3%, cifra sin precedentes en los 15 años del gobierno chavista y la más alta de América Latina, así como una escasez de productos básicos de 28%, que Maduro atribuye a una "guerra económica" pero que analistas, entre otras cosas, achacan al férreo control cambiario que rige desde 2003.
Estos indicadores y las altas cifras de inseguridad -con una tasa de 79 homicidios anuales según una ONG-, han movilizado al país en dos meses de protestas que iniciaron en San Cristóbal (oeste) el 4 de febrero y se extendieron a otras ciudades del país, y que el gobierno venezolano ha catalogado como un "golpe de estado en desarrollo".