El presidente de Guatemala, Otto Pérez, afirmó que seguirá en el poder a pesar del clamor popular que pedía su renuncia por una investigación que lo coloca como el cabecilla de una banda de defraudación aduanera.
"Les afirmo que no renunciaré y que con toda entereza enfrentaré y me sujetaré a los procesos que en ley correspondan", afirmó Pérez en un mensaje transmitido en cadena de radio y televisión.
Tras la emisión, un centenar de los llamados "indignados" se apostaron frente a la Casa Presidencial con velas encendidas para celebrar la posible dimisión, observó un fotógrafo de AFP.
"Debe de renunciar, ya estamos cansados y el presidente debe de entender que el pueblo ya no lo quiere", dijo a la AFP una mujer que formaba parte de este grupo de manifestantes.
El gobernante se vio obligado a dar una declaración pública luego de que el pasado viernes la Fiscalía y una comisión de la ONU contra la impunidad en el país lo acusaran de encabezar una estructura de defraudación aduanera junto a su exvicepresidenta Roxana Baldetti.
Baldetti, que había renunciado en mayo, fue detenida el viernes en un hospital privado donde estaba internada y recluida en un cuartel militar de la capital acondicionado parcialmente como prisión para reos de alto impacto.
Según la investigación, las menciones de "el uno" y "la dos" en miles de escuchas telefónicas entre la estructura criminal denominada "La Línea", corresponden al mandatario y a la vicepresidenta.
"Declaro categóricamente que rechazo mi vinculación a la misma (estructura ilegal) y el haber recibido dinero alguno de esa operación de defraudación aduanera", agregó Pérez.
- El presidente pide perdón -
El mandatario en su discurso afirmó que enfrentará a la justicia y demostrará su inocencia, pidió perdón a los guatemaltecos y acusó al gremio empresarial de estar involucrado en la defraudación y a la comunidad internacional de intervencionista.
"Daré la cara y demostraré frente a la institucionalidad que en ley corresponde mediante el debido proceso que no he sido parte y mucho menos receptor de esos fondos mal habidos en perjuicio del pueblo de Guatemala", afirmó en tono enérgico.
"Con la misma fortaleza y carácter con que niego mi vinculación, no puedo dejar de reconocer que esto ha acontecido en mi gobierno y por funcionarios cercanos o que designé, esto me obliga a pedir una disculpa pública y a decir lo que nace desde del fondo de mi corazón: pedir perdón a los guatemaltecos".
Aunque el jefe de Estado reconoció que ignorar las demandas de la población en la coyuntura actual tenía "un alto riesgo", dijo que se mantendrá en el cargo porque "el fin superior es resguardar la institucionalidad y avanzar en las transformaciones en lo político, legal y administrativo".
Pérez aseguró en su mensaje que no es aceptable que en Guatemala "se pretenda instalar una estrategia intervencionista que tiene como objetivo dictarnos qué o no hacer y quebrantar la democracia".
La convulsión que viven los guatemaltecos además se da en medio del proceso electoral y a solo dos semanas para que acudan a las urnas para elegir a sus autoridades para el periodo 2016-2020.
"La ciudadanía debe de entender que la única manera legal de elegir a sus autoridades es por vía del voto consciente y responsable de todos", agregó.
- Se desmorona gabinete de presidente -
Ahora que el presidente ratificó su permanencia en el cargo, deberá reestructurar su gabinete de gobierno para terminar su mandato en enero de 2016, pues cuatro de los 14 ministros renunciaron luego de que estalló el escándalo de su participación en la red de fraude.
Hasta el momento han renunciado los ministros de Salud, Economía, Educación y Agricultura, así como el comisionado presidencial de Competitividad, los tres viceministros de Economía y la encargada de la reforma de la Policía.
Para este martes, miércoles y jueves diversos sectores sociales, como campesinos, indígenas, docentes y universitarios han convocado manifestaciones en el país para exigir la renuncia del mandatario.
La crisis sin precedentes que vive el gobernante comenzó en abril pasado cuando se destapó la estructura de defraudación.