Con una inédita estabilidad política y grandes desafíos en el plano institucional, social y económico, Bolivia conmemoró ayer los 30 años de la recuperación de la democracia luego de casi dos décadas de dictaduras militares.
El presidente Evo Morales, el primer indígena que llegó al poder en Bolivia, consideró en una ceremonia que la sociedad debe avanzar en la "profundización de la democracia".
"Quisiera que los vecinos, las juntas vecinales de las ciudades...estén bien organizados con la participación de distintos órganos del Estado que debatan y saquen necesidades importantes", planteó el mandatario.
Pese a que en la democracia boliviana "quedan aún asignaturas pendientes como la falta de independencia de poderes, es casi imposible el retorno de los militares al poder fáctico", dijo a el abogado Waldo Albarracín, activista de derechos humanos y ex defensor del Pueblo.
"En el plano económico-social se deben hacer todos los esfuerzos para extinguir las asimetrías, las desigualdades sociales, especialmente en la calidad de vida", a la vez que planteó como esencial "tratar de tener independencia de los poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral)".
Luego de tres décadas la democracia boliviana parece estar plenamente consolidada, a pesar de momentos críticos que amenazaron su estabilidad, como en 2003, cuando una rebelión popular obligó a dimitir al liberal Gonzalo Sánchez de Lozada.
Atrás quedaron los años en que Bolivia era el ejemplo de inestabilidad política en Sudamérica donde cargaba con el dudoso récord de haber tenido casi 200 golpes de estado desde su fundación, en 1825, a lo largo de su vida republicana.
Después del largo período de dictadura, que abarcó desde 1964 hasta 1981, con breves y precarios gobiernos civiles, siempre derrocados por los militares, el 10 de octubre de 1982 asumió el abogado Hernán Siles Zuazo, en condiciones adversas y un boicot político y social sin precedentes.
Tres años después, Siles Zuazo tuvo que dimitir acosado por una fuerte presión social producto de una economía descontrolada por la hiperinflación.
Por su parte -además de celebrar los logros de la democracia- la Iglesia católica planteó la importancia de "mantener una actitud de rechazo a la confrontación de bolivianos contra bolivianos y toda forma de violencia" y subrayó como un asunto central "hacer efectivos los derechos fundamentales de las personas a la educación, a la salud y a la autodeterminación de los pueblos".
Como una muestra de los avances democraticos, los expresidentes Jaime Paz Zamora (1989-1993, socialdemócrata), Jorge Quiroga (2001-2002, derecha), Carlos Mesa (2003-2005, centro) y Eduardo Rodríguez (2005, independiente) saludaron la fecha en un comunicado conjunto.
La fecha fue saludada también por la oficina local de las Naciones Unidas que dijo que "la democracia tiene por delante aún muchos desafíos que debe resolver", entre estos la desigualdad social y que "alrededor de un cuarto de la población sigue viviendo en extrema pobreza y las mujeres y niñas siguen sufriendo niveles elevados de violencia e inseguridad"./AFP