El presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, anunció este miércoles dos iniciativas con las que subrayó su prioridad de luchar contra la corrupción y el crimen organizado, y que incluyen pasar el control de la Policía Federal a la secretaría de Gobernación (Interior).
Ante la bancada de legisladores del Partido Revolucionario Intitucional (PRI), al que pertenece, Peña Nieto, que asumirá el 1° de diciembre, destacó que ambas iniciativas son parte de las reformas fundamentales con las que se comprometió en su campaña.
"El objetivo fundamental de estas dos iniciativas es, primero, darle al Estado mexicano un órgano con mayor autonomía y capacidad para combatir la corrupción al interior del gobierno y, en segundo, la reforma administrativa que permita" fortalecer las acciones contra el crimen que realiza la secretaría de Gobernación, señaló.
La reforma administrativa reduciría el número de secretarías (ministerios) de 18 a 16 y pasaría bajo la competencia del despacho de Gobernación la conducción de las políticas de seguridad interior, prevención del delito, sistema penitenciario y las funciones de la Policía Federal, explicó.
Buscamos un "nuevo esquema de organización que permita mejorar la seguridad interna, tema sensible hoy entre la sociedad y con ello recuperar la paz y la tranquilidad".
México enfrenta una ola de violencia que según organizaciones no gubernamentales ha dejado más de 60.000 muertos desde diciembre de 2006, cuando a pocos días de asumir el actual presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva militarizada contra los cárteles de la droga.
Peña Nieto, un abogado de 46 años con quien el PRI (que gobernó entre 1929 y 2000 retornará a la presidencia, ha señalado que mantendrá la estrategia contra los cárteles, pero dará prioridad a la reducción de los homicidios, secuestros y extorsiones que afectan al ciudadano común.
También ha anunciado que creará una gendarmería nacional que asumirá paulatinamente las operaciones contra el narcotráfico que el actual gobierno ha encomendado a la Policía Federal, el Ejército y la Marina Armada.
Calderón creó en 2009 la policía federal y la colocó bajo la tutela de la Secretaría de Seguridad, que había sido creada por su antecesor y copartidario Vicente Fox.
Aunque su gobierno multiplicó por seis el pie de fuerza y mejoró el presupuesto de los federales, como contrapeso a las sospechas de corrupción que pesaban sobre las tradicionales policías municipales y estatales, no logró apartar a la nueva instutución de las sospechas.
Policías federales se han visto envueltos en incidentes presuntamente ligados al crimen, como el ataque en agosto contra un auto diplomático en que viajaban dos agentes estadounidenses y un militar mexicano en una carretera cercana a Ciudad de México.
Dos meses antes, tres policías federales se enfrentaron a balazos en el aeropuerto de Ciudad de México y dieron muerte a dos colegas que intentaban detenerlos presuntamente por pertenecer a una red del narcotráfico.
En 2010, unos 3.200 agentes, un 10% de los efectivos de la Policía Federal, fueron apartados de sus cargos por no pasar pruebas de confianza o verse envueltos en casos de corrupción.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional han señalado que la ofensiva contra el narcotráfico ha estado acompañada de un aumento de denuncias que involucran a la fuerza pública con asesinatos y desapariciones.