El empresario Juan Carlos Varela, asumió este martes como presidente de Panamá y prometió que terminará las obras de ampliación del Canal, que llevan un año de retraso, así como el llevar a cabo una diplomacia de "diálogo".
"Juro a Dios y la patria cumplir fielmente la Constitución y las leyes de la República", declaró Varela en una ceremonia realizada en el estadio Rommel Fernández de la capital.
Varela, un empresario del licor de 50 años, recibió la banda presidencial de manos del presidente del Congreso, Adolfo Valderrama, en un acto celebrado ante miles de personas.
A la toma de posesión acudieron los presidentes centroamericanos salvo el nicaragüense Daniel Ortega, Mariano Rajoy (España), Ma Ying-jeou (Taiwán), Michel Martelly (Haití) y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Varela, quien gobernará por cinco años tras ganar las elecciones el pasado 4 de mayo, sustituye en el cargo a Ricardo Martinelli, quien deja el poder con alta popularidad pese a las denuncias de corrupción durante su gobierno.
- El reto de concluir el Canal -
"Hemos sido benditos de tener el Canal: una obra al servicio de nuestro país y del comercio mundial. Como Presidente, me aseguraré que la expansión del Canal sea culminada exitosamente, protegiendo los intereses del Estado panameño", dijo Varela en su discurso.
Las obras de ampliación del canal de Panamá, por donde pasa el 5% del comercio marítimo mundial, es uno de los principales retos que afronta el nuevo gobierno.
Los trabajos llevan más de un año de atraso, lo que pospone la entrada a las arcas del Estado de cientos de millones de dólares que estaban programados para 2015.
El Canal le proporciona al Estado cerca de 1.000 millones de dólares anuales, cantidad a la que hay que añadir 300 millones después del primer año de la ampliación.
El nuevo canal permitirá que buques de 12.000 contenedores -el triple de la capacidad actual- transiten sus 80 kilómetros.
La ampliación debía concluirse este año, pero por diversos motivos no será hasta 2015 que se terminarán las obras y estará operativo en el primer trimestre de 2016.
"El problema de Varela será la gobernabilidad. Tiene las arcas vacías, hay luchas pendientes de distintos gremios y las obras del Canal están atrasadas, por lo que la plata que se calculaba no entrará y eso también va afectar la gobernabilidad", dijo el lunes a la AFP el analista de mercado Jaime Porcell.
- Diplomacia de diálogo -
Durante su discurso, Varela también prometió unas relaciones diplomáticas de "diálogo".
"Deseo dejar claro que la política exterior de nuestro gobierno será de diálogo, convergencia, tolerancia y mediación, en búsqueda del bienestar de todos los pueblos", aseguró Varela.
El nuevo presidente ya había anunciado que una de sus prioridades es restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, después que el mandatario de ese país, Nicolás Maduro, las suspendiera por considerar al gobierno saliente de Martinelli como un "lacayo" de Estados Unidos.
Incluso Varela se aventuró a decir que en la Cumbre de las Américas que tendrá lugar el próximo año en Panamá, "todos los mandatarios de la región convergerán en este hermoso istmo, en la búsqueda de la unidad e integración regional".
"Aunque se trata de un gobierno de corte conservador, preveo un mejoramiento de las relaciones con Venezuela. Hay sectores influyentes con importantes intereses comerciales en Venezuela que el nuevo gobierno parece inclinado a promover", dijo a la AFP el politólogo Carlos Guevara-Mann.
El nuevo presidente panameño asumió en pleno boom económico, con 8,4% de crecimiento en 2013 -vanguardia en la región-, pero con 26% de los panameños en situación de pobreza, según el gobierno, más de un tercio en empleos informales y miles de personas sin acceso a servicios básicos como agua potable y vivienda.
El flamante gobernante precisó como retos de su gobierno el mantener el crecimiento económico con equidad, enfrentar la deuda, aumentar las inversiones, luchar por la transparencia y llevar adelante un proceso de justicia y recuperación patrimonial.
Varela también ofreció "una tregua" a las más de 200 pandillas que operan en el país para dejar las armas y abandonar el crimen organizado.
El nuevo presidente tendrá apoyo mayoritario en el Congreso gracias a una alianza con el socialdemócrata Partido Revolucionario Democrático, pero tendrá como líder opositor al presidente saliente Martinelli.