El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo que dialogará con Barack Obama en la cumbre del G20 sobre el presunto espionaje estadounidense a sus comunicaciones, que también abarcaría a la mandataria brasileña Dilma Rousseff y por el que ambos gobiernos latinoamericanos reclamaron explicaciones.
Peña Nieto y Obama se encontrarán jueves y viernes en la reunión del G20 de San Petersburgo (Rusia), cuatro días después de que una televisión brasileña revelara denuncias de que la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA por sus siglas en inglés) había intervenido comunicaciones electrónicas del mandatario mexicano cuando era candidato presidencial en 2012, así como otras de la presidenta brasileña.
Estas nuevas denuncias llegan dos meses después de las acusaciones de espionaje electrónico estadounidense generalizado en América Latina, que molestaron a países aliados y rivales por igual.
En unas declaraciones efectuadas durante una escala en Canadá rumbo a San Petersburgo, Peña Nieto recalcó que "de probarse que hubo una acción, de uso de medios de espionaje, evidentemente no están permitidos y es una actuación fuera de la ley".
"Seguramente en el G20 habrá espacio eventualmente de algún acercamiento, aunque sea casual o informal, con el presidente de Estados Unidos precisamente para dejar muy en claro nuestra posición", dijo Peña Nieto a los periodistas que lo acompañan, recordando que su gobierno ha pedido a Estados Unidos que esclarezca este asunto.
La presidenta Rousseff, que ya llegó también a Rusia para participar en el G20, tiene previsto visitar a Obama en Washington el próximo mes, aunque su ministro de Relaciones Exteriores, Luiz Alberto Figueiredo, prefirió no decir esta semana si el viaje se ha visto afectado.
Los gobiernos de Brasil y México convocaron a los embajadores estadounidenses en sus respectivos países para pedir explicaciones sobre las últimas denuncias de espionaje.
En Brasilia, el ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo, dijo la noche del martes que han sido "falsas" las explicaciones ofrecidas por Estados Unidos desde las primeras revelaciones de espionaje conocidas en julio, cuando el diario O Globo divulgó que Brasil formó parte de una red de 16 bases de espionaje operadas por los servicios de inteligencia estadounidenses, que habrían interceptado millones de llamadas telefónicas y correos electrónicos.
"Todas las explicaciones dadas, desde el inicio de esos episodios, se revelan falsas, las que recibimos de la embajada estadounidense y las que nuestros equipos recibieron en la visita (de funcionarios brasileños) a Estados Unidos" en agosto, dijo Bernardo a periodistas, según la estatal Agencia Brasil.
El asunto fue tratado en la visita a Brasilia realizado en agosto por el secretario de Estado, John Kerry. Pero ya entonces Brasil no quedó satisfecho con las explicaciones de Washington, que sostiene que se trata de una manera de luchar contra el terrorismo y aseguró no haber espiado comunicaciones de personas concretas.
El ministro brasileño de Justicia, José Eduardo Cardozo, viajó la semana pasada a Estados Unidos para tratar ese asunto de nuevo y se reunió entre otros con el vicepresidente Joe Biden.
Cardozo informó que el gobierno de Estados Unidos rechazó una propuesta brasileña de negociar un acuerdo bilateral para regular ese tipo de investigaciones, a través de la justicia.
Más filtraciones de Snowden
Las denuncias del espionaje a Rousseff y Peña Nieto fueron efectuadas por el periodista estadounidense Glenn Greenwald, quien tiene acceso a documentos secretos filtrados por el prófugo excontratista de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden, actualmente asilado en Rusia.
El periodista dijo a la televisión brasileña Globo esta semana, basado en un documento de 2012 atribuido a la NSA, que la agencia espió comunicaciones electrónicas de Rousseff y de asesores suyos, así como de Peña Nieto, entonces candidato presidencial.
Para el ministro brasileño Bernardo, el asunto "es más grave de lo que parecía a primera vista".
"Es espionaje de carácter comercial, industrial, e interés (de Estados Unidos) en saber de cuestiones como el presal (los grandes yacimientos petroleros descubiertos en aguas brasileñas) y otras de peso económico y comercial", completó el ministro, que no obstante recalcó que la solución a este asunto debe ser por la vía diplomática.
En julio, Greenwald co-escribió artículos en el periódico O Globo que daban cuenta que la NSA espiaba a países aliados y rivales en América Latina, un espionaje electrónico para monitorear compras militares en Venezuela, asuntos relacionados con la energía y el narcotráfico en México y los movimientos rebeldes en Colombia.
Greenwald prometió "publicar todos los documentos, hasta el último documento que deba ser publicado", en una entrevista divulgada este miércoles con el sitio UOL. "No tengo duda de que Brasil es el gran objetivo de Estados Unidos", aseguró.
Brasil quiere llevar el tema de la gobernanza en internet y las denuncias del espionaje estadounidense a foros internacionales y tratarlo con otros países desarrollados y emergentes, incluidos los BRICS (Brasil, Rusia, India China y Sudáfrica).