La firme voluntad de permanecer en su cargo de presidente de Alemania, tras ventilarse que intento intimidar a la prensa para acallar un escándalo, fue expresada por Christian Wulff, aliado de la canciller Angela Merkel.
En un artículo publicado el 13 de diciembre, el diario Bild puso en la picota al presidente por haber ocultado un préstamo ventajoso de 500.000 euros que obtuvo de la mujer de un amigo empresario, con el que mantenía contactos profesionales durante su mandato como jefe del gobierno de Baja Sajonia (oeste).
Este martes, el diario, uno de los más potentes de Europa con 12 millones de lectores, lo acusó de haber intentado intimidarlo para que el artículo en cuestión no se publicara.
Respondiendo a los pedidos de dimisión que se multiplicaron en las últimas 48 horas, Wulff manifestó este miércoles su intención de permanecer en el cargo en una entrevista con las dos cadenas públicas de televisión.
"Asumo la plenitud de mi función, durante los cinco años de mi mandato", iniciado a mitad de 2010, declaró el presidente en la entrevista.
El jefe de Estado alemán, una figura básicamente honorífica, admitió haber cometido "una falta grave", que lamenta "profundamente" y por la que ha pedido "excusas".
Así, Wulff reconoce por primera vez haber telefoneado a responsables del diario Bild para intentar impedir la publicación del artículo acusador a mitad de diciembre.
Poco antes de la entrevista del presidente, el jefe del Partido Socialdemócrata (SPD, oposición), Sigmar Gabriel, destacó en su página de Facebook que no se trata "sólo de un asunto que concierne a Wulff, sino también a Merkel", que batalló en su favor para que fuera elegido presidente en junio de 2010.
La canciller manifestó su apoyo al presidente, aunque pidió que diera explicaciones.
"La canciller confía plenamente en que el presidente responda a todas las preguntas en suspenso", declaró antes de la entrevista un portavoz del gobierno alemán, Georg Streiter, añadiendo que Merkel "aprecia especialmente el trabajo de Wulff".
Hasta el estallido del escándalo, Wulff, de 52 años, parecía mantener buenas relaciones con la prensa, prestándose con gusto a las sesiones de fotografías con su segunda esposa, Bettina, madre de su hijo pequeño.
Pero desde entonces las relaciones se tensaron.
El diario Die Welt, que como el Bild pertenece al grupo editor conservador Springer, reveló el martes que en junio Wulff convocó a uno de sus periodistas en su residencia oficial para exigir la retirada de un artículo que hablaba de las difíciles relaciones que mantiene con una de sus hermanas./AFP