La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, perdió seis puntos en intención de voto en las presidenciales de octubre: pasó de 44% en febrero a 38%, según la encuesta Datafolha divulgada el sábado.
Los puntos perdidos por Rousseff, sin embargo, no ayudaron a sus adversarios.
El socialdemócrata Aecio Neves se mantuvo en 16% de la intención de voto, y el socialista Eduardo Campos apenas sumó un punto y pasó a 10%.
Con ello, Rousseff aún resultaría electa en la primera vuelta.
La única candidata que podría forzar un balotaje es la popular ecologista y ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, quien en 2010 sorprendió al conseguir 20 millones de votos, y ahora alcanzó 27% de la intención de voto.
Pero Silva ha indicado que no será candidata a presidente, sino a vicepresidente, al lado del socialista Eduardo Campos.
La percepción del gobierno de Rousseff también empeoró. "El deterioro de las expectativas respecto de la inflación, el empleo y el poder de compra de los salarios ayuda a explicar la caída en la aprobación del gobierno", expresa la encuesta.
Este es el cuarto año de crecimiento de la economía brasileña pero con una elevada inflación. El país no obstante ha seguido aumentando renta y empleo, pero las encuestas de confianza indican que los brasileños esperan peores tiempos.
Las elecciones generales de octubre, tras la Copa del Mundo del 12 de junio al 13 de julio, serán una prueba para la izquierdista y exguerrillera del partido de los Trabajadores, delfina del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, que con toda probabilidad aspirará a la reelección.
El 72% de los brasileños dijo esperar que las acciones del nuevo presidente sean diferentes, pero ningún candidato parece alcanzar las expectativas de cambio.
Los partidos y candidatos todavía no han oficializado las candidaturas en Brasil.
La encuesta Datafolha, divulgada en el sitio del diario Folha en internet, fue realizada el 2 y 3 de abril, con 2.637 entrevistas y margen de error de dos puntos a más o a menos.
La encuesta Ibope divulgada a final de marzo ya mostró una caída de siete puntos en la popularidad del gobierno, que ubicaba en 36%.
La popularidad de rousseff cayó fuertemente en junio y julio del año pasado, por la inflación y las protestas callejeras que derrumbaron las expectativas respecto de todos los políticos, pero hasta la fecha había ido recuperándose./AFP