La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, enfrentó las denuncias de "uso de información privilegiada" y "tráfico de influencias que caen sobre su hijo, afirmando que su gran prioridad es trabajar por una "nación más justa y equitativa".
En una de sus primeras actividades después de tres semanas de vacaciones, Bachelet reconoció que "como madre y presidenta han sido momentos difíciles y dolorosos" y negó estar al tanto de la reunión que tuvo su hijo, Sebastián Dávalos, con el vicepresidente de uno de los principales bancos del país, lo que le permitió a su esposa acceder a un millonario crédito para la compra de terrenos.
"Yo no tuve ninguna información previa ni después. Me informé en (la localidad de) Caburgua por la prensa", dijo Bachelet este lunes en una breve declaración a la prensa, en la que sólo aceptó tres preguntas.
- Crédito para un negocio millonario -
En medio de las vacaciones de Bachelet, se destapó el escándalo que terminó con la renuncia de su hijo al cargo de director de organizaciones socioculturales de su gobierno, ejercido tradicionalmente por las primeras damas y por el cual no percibía remuneraciones.
Una semana antes, la revista Qué Pasa había revelado que la esposa de Dávalos, Natalia Compagnon, había obtenido un crédito por 10 millones de dólares por parte del Banco de Chile para la compra de un terreno en la localidad de Machalí (sur), que aumentaría su valor tras un cambio en el uso de suelos.
Después de gestionarlo sin éxito en otras instituciones bancarias, Compagnon obtuvo el crédito tras una reunión que sostuvieron ella y su esposo con el vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic, uno de los hombres más ricos del país.
Los terrenos fueron posteriormente vendidos, obteniendo la empresa de la esposa del hijo de Bachelet -Caval, de la cual ella es dueña del 50%-, unos cuatro millones de dólares como ganancia.
La mandataria socialista, que el próximo 11 de marzo cumple su primer año al frente de su segundo gobierno, defendió fervientemente su compromiso por desterrar la desigualdad en el país.
"Conozco bien mi responsabilidad como presidenta de la República y como tal hay una gran prioridad que yo me fijé en este gobierno, en el anterior y en toda mi vida, la cual es seguir trabajando para que tengamos una nación más justa y equitativa", dijo Bachelet.
Consultada sobre si este episodio erosiona su discurso contra la desigualdad, Bachelet contestó: "este gobierno no tiene un discurso de igualdad, sino una práctica de trabajar en post de la igualdad".
El caso, que es investigado ahora por la justicia, amenaza con provocar un grave daño a la imagen de la mandataria socialista, que después de unos duros primeros meses de gobierno, en los que logró la aprobación de una reforma tributaria, la primera parte de la reforma educacional y una al sistema electoral, había logrado aumentar su respaldo ciudadano.