La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, defendió en su primera cuenta pública las profundas reformas educativa, tributaria y constitucional ante las dudas del empresariado y las críticas de la derecha.
"Quiero ser muy clara en este punto: durante mi gobierno haremos estas transformaciones y lo haremos con gobernabilidad, paz social, de manera democrática y transparente", dijo la mandataria ante el Congreso.
Bachelet salió a defender la reforma educativa con la que busca disminuir la desigualdad y fijar las bases del crecimiento en Chile, la misma semana que envió al Congreso un primer paquete de leyes para acabar con la selección, el lucro y el cofinanciamiento en las escuelas subvencionadas.
Durante el discurso, miles de estudiantes se manifestaron al exterior del Congreso en Valparaíso (120 km al oeste de Santiago) desconfiados de que los cambios propuestos logren una educación gratuita de calidad, alejada de las leyes del mercado.
La mandataria también reivindicó la reforma tributaria que busca recaudar 8.200 millones de dólares para financiar el cambio del sistema educativo, que el empresariado considera una amenaza a la inversión y el crecimiento de una economía en desaceleración.
Bachelet "necesita defender sus proyectos ante una clase media que duda sobre quiénes serán más afectados por la reforma tributaria", aseguró a la AFP el analista y profesor de la New York University, Patricio Navia.
"También ante los actores económicos que han frenado sus inversiones y están a la espera de ver si Bachelet mantendrá los fundamentos de la economía social de mercado o si en cambio buscará transformaciones más profundas", agregó Navia.
- Diálogo con límites -
Bachelet expresó su intención de dialogar con la oposición para "perfeccionar" las reformas, pero sin alterar sus objetivos de cambios fundamentales. "Las decisiones deben reflejar a las mayorías", dijo en respuesta a las críticas.
La derecha critica la poca apertura a modificar los proyectos de ley por parte del gobierno, que puede hacer valer su mayoría simple en el Congreso para aprobar muchos de ellos.
"El diálogo consiste en ceder posiciones, no imponer posiciones", se quejó Alberto Espina, senador y jefe de bancada de la derechista Renovación Nacional.
Pese a que ha pospuesto para 2015 el inicio de la discusión para reemplazar la Constitución heredada de la dictadura (1973-1990), Bachelet aseguró que cambiarán la Carta Magna "con participación" de la ciudadanía.
"En este gobierno iniciaremos los cambios y sabemos que los desafíos que enfrentamos exceden la tarea de un solo gobierno", asumió la mandataria.
En su discurso, que se prolongó durante dos horas, la mandataria aseguró que propondrá la despenalización del aborto por violación, riesgo de la madre o inviabilidad del feto, una medida que ha sido rechazada por la derecha chilena.
Bachelet anunció además una ley de protección a los glaciares -Chile posee el 80% de los hielos milenarios de Sudamérica-, y una reformulación del Código de Aguas para reconocer el agua como "un bien nacional de uso público".
Si bien el agua es considerada un "bien público" en Chile, una modificación de la dictadura a la ley en 1981 otorga a los concesionarios -particulares, empresas eléctricas, de saneamiento o mineras- la práctica propiedad del agua y la decisión sobre sus usos.