Los malauíes votaban en elecciones presidenciales, legislativas y locales, que constituyen un test de popularidad para la presidenta saliente, Joyce Banda, quien asumió el poder hace dos años, tras la muerte de su predecesor.
Doce candidatos están en liza para remplazar a Banda, de 64 años. La actual mandataria, una ex vicepresidenta que asumió el poder hace dos años tras la muerte del entonces presidente Bingu wa Mutharika, aspira a renovar su mandato, a pesar de escándalos de corrupción que afectan a su gobierno.
Su principal rival es Peter Mutharika, de 74 años, exministro de Relaciones Exteriores y hermano del difunto presidente.
Pese a algunas diferencias, ambos candidatos prometieron estimular la economía, crear puestos de trabajo y subvencionar la agricultura.
El futuro presidente será designado en una sola vuelta, a la mayoría simple. El candidato presidencial más votado será declarado vencedor, aunque tenga menos de 50% de los votos. Los resultados serán comunicados en unos ocho días.
"Encontré esta nación casi en situación de bancarrota", afirmó Banda, tras votar. "Estoy acercándome al final de estos dos años y Malaui está mejor. Hemos alcanzado alrededor de 6% de crecimiento económico, tenemos gasolina, tenemos suficiente comida", agregó.
"Malaui está mejor, pero la decisión de otorgarme el mandato sigue perteneciendo a los malauíes", puntualizó la presidenta saliente.
Banda fue expulsada del partido de Mutharika en 2011 y optó por crear su propia formación, el Partido del Pueblo.
Aunque Banda gane la elección presidencial, es poco probable que el Partido del Pueblo logre ser mayoritario en el parlamento.
Los comicios empezaron con retrasos en varias partes de este país africano, provocando a veces la cólera de los electores.
Unas 2.000 personas hacían cola frente al antiguo edificio de la alcaldía de Blantyre, la capital económica de este país del sureste de África, donde, cuatro horas después de la apertura teórica de los colegios electorales, los electores no habían podido comenzar a votar por falta de material electoral.
Un grupo de unos cincuenta jóvenes improvisaron entonces una manifestación, entonando cantos contra el gobierno.
"Este gobierno está mal organizado. Quizás intentan falsificar la elección", opinó Paul Wind, un elector de 38 años. "Si intentan impedirnos votar, están equivocados. ¡Nos quedaremos aquí hasta que podamos votar!", agregó.
"Temo que quieren robar esta elección", declaró por su parte Evans Mukivan, un elector de 24 años, que aguarda desde las 04H30 (02H30 GMT) -una hora antes de la apertura oficial- frente a su colegio electoral.
El presidente de la comisión electoral, Maxon Mbendera pidió disculpas por la espera.
"Estamos viviendo una situación bochornosa, pero la hemos solucionado", declaró. "Pido disculpas a la nación", agregó.
"Nadie tiene la intención de evitar que nadie vote, no hay intención ninguna de privar a ningún individuo de su derecho al voto", aseguró.
Unos 7,5 millones de malauíes elegirán un presidente, diputados y representantes locales, en la quinta elección que celebra Malaui, un país fronterizo con Mozambique, Zambia y Tanzania, desde el fin del régimen de partido único del presidente Kamuzu Banda en 1994.