Los iraníes acudieron este viernes en masa a las urnas para elegir al sucesor de Mahmud Ahmadinejad en las elecciones presidenciales que el campo reformista unificado aspira a ganar frente a los conservadores divididos.
Las operaciones de votación fueron prolongadas tres horas, hasta las 21H00 GMT (16H30 GMT), debido a una gran participación, según un comunicado del ministerio del Interior.
Bajo la ley iraní, los colegios electorales permanecen abiertos durante 10 horas, con posibilidades de extensiones.
No se han suministrado cifras sobre la tasa de participación, sin embargo, según el prefecto de Teherán, la participación podría alcanzar el 70% en su provincia. En 2009, la participación a nivel nacional alcanzó el 85%.
A pesar del calor, los votantes hacían fila frente a los colegios electorales de Teherán, según periodistas de la AFP, mientras que la televisión estatal llamaba desde la mañana a los iraníes a ir a votar.
Desde el extranjero, el Relator Especial de la ONU sobre Derechos Humanos en Irán, Ahmed Shaheed, dijo que esta elección no era "libre y justa", mientras que Washington criticó la "falta de transparencia".
El Guía Supremo de la República Islámica de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, principal personalidad del país y uno de los primeros en votar, instó los electores a acudir masivamente a las urnas, aunque públicamente no ha apoyado a ninguno de los candidatos.
Unos 50,5 millones de electores fueron convocados para elegir al sucesor del presidente Mahmud Ahamdinejad, que no puede aspirar a un tercer mandato consecutivo y cuya reelección en 2009 había sido impugnada en manifestaciones. Los iraníes también eligen a sus concejales.
"La prosperidad y la felicidad del país dependen de vuestra elección de la persona adecuada, y de vuestra participación en la elección", dijo.
El presidente es la segunda personalidad del Estado, según la constitución iraní, y los asuntos estratégicos como el programa nuclear están bajo la autoridad directa del Guía Supremo.
Los primeros resultados podrían ser anunciados el sábado por el ministerio del Interior. El Consejo de Guardianes de la Constitución, encargado de supervisar la votación, advirtió que "nadie tiene derecho de declararse vencedor antes".
En 2009, el reformista Mir Hossein Moussavi había anunciado su victoria, antes de que se declare oficialmente a Ahmadinejad como vencedor de las elecciones.
El 21 de junio habrá una segunda vuelta en caso de que ninguno de los seis candidatos en liza obtenga el 50,1% de los votos. Los primeros resultados podrían anunciarse el sábado.
Un moderado y tres conservadores
La elección se juega entre Hasan Rohani, un religioso moderado de 64 años y candidato único de moderados y reformadores, y tres candidatos conservadores: el exjefe de la diplomacia Alí Akbar Velayati, el alcalde de Teherán Mohamad Bagher Ghalibaf y el jefe de las negociaciones nucleares Said Jalili.
Los otros dos candidatos, Mohsen Rezai y Mohamad Gharazi prácticamente no tienen ninguna posibilidad.
"Los rumores según los cuales, el presidente ya está elegido son una mentira. Al presidente de la República lo eligen los votos de los electores", dijo Rohani, cuyas posibilidades de victoria se vieron reforzadas con el importante apoyo de los expresidentes Akbar Hachemi Rafsandjani y Mohamad Jatami.
Rafsandjani expresó, tras votar, su deseo de que la elección aporte "cohesión" nacional para hacer frente a los "riesgos interiores y exteriores".
Tanto reformadores como moderados necesitan movilizar a los abstencionistas que se manifestaron contra la reelección de Ahmadinejad en 2009 tras acusaciones de fraude. Las protestas fueron duramente reprimidas y los dos candidatos reformadores en liza, Hosein Musavi y Mehdi Karubi, se encuentran en arresto domiciliario desde 2011.
Crisis nuclear y economía
A la salida de la mezquita de la plaza Tajrish, en donde 200 personas esperaban su turno para votar, Elias, un votante de 48 años, estimó que Hasan Rohani es "el más apto a dirigir el país" para reducir la inflación y hacer que bajen los precios.
La crisis nuclear con las grandes potencias y las sanciones internacionales que han hundido a Irán en la crisis económica -la inflación supera el 30%, la moneda, el rial, ha perdido el 70% de su valor y el desempleo ha aumentado- han dominado la campaña electoral.
Occidente e Israel acusan al programa nuclear civil de Irán de esconder en realidad un proyecto para dotarse del arma atómica, lo que Teherán niega. Las tensiones han aumentado con Occidente debido al apoyo de Irán al régimen sirio.
El moderado Rohani, antiguo negociador jefe del dossier nuclear bajo la presidencia de Jatami, aboga por una política más flexible en las negociaciones con las grandes potencias para reducir el impacto de las sanciones.
En el campo conservador, donde los candidatos se han negado a presentar un candidato único, Velayati aboga por "el compromiso y la armonía" en política exterior, mientras que Said Jalili, representante del guía en las negociaciones, es partidario de la línea dura y rechaza cualquier "concesión".
Ghalibaf, que encabeza las intenciones de voto en los escasos sondeos publicados, ha manifestado su total fidelidad al ayatolá Jamenei y ha acusado a Rohani de querer hacer concesiones a los occidentales.
En 2003, cuando Rohani dirigía las negociaciones nucleares, Irán aceptó suspender su programa de enriquecimiento de uranio, que fue relanzado después de la elección de Ahmadinejad en 2005.
Para Israel, el máximo enemigo de Irán, la elección no va a cambiar nada. "Seguirá habiendo un solo hombre en el poder, buscando la potencia nuclear", dijo el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Por su parte el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, denunció a finales de mayo la "falta de transparencia" de la elección presidencial en Irán y consideró "altamente improbable" que los candidatos puedan "encarnar un cambio".