El magnate Donald Trump rehusó descartar que aspiraría como independiente a la Casa Blanca si pierde la nominación del partido Republicano, sacudiendo el primer debate de la carrera presidencial de 2016.
La tensión se sembró entre los diez principales candidatos del partido Republicano tan pronto entraron al escenario en Cleveland, cuando Trump dijo que no podía comprometerse a apoyar a quien el partido eventualmente designe, o a descartar seguir como independiente en la contienda.
"No me comprometeré en este momento", dijo entre el abucheo de los asistentes el millonario de la construcción, quien sorpresivamente cuenta con ventaja en los sondeos entre los votantes republicanos, a seis meses de las elecciones primarias.
El comentario despertó un crudo intercambio verbal con el senador Rand Paul, quien del otro lado del escenario gritó que Trump "ya está asegurando su apuesta, porque está acostumbrado a comprar políticos".
Ese fue el accidentado comienzo en la deliberación de los republicanos para escoger su candidato a suceder al presidente Barack Obama en los comicios de noviembre de 2016.
Con 17 aspirantes republicanos en liza, el canal Fox News dividió el debate en dos tandas, replegando a los siete peor ubicados en los sondeos a una sesión cuatro horas antes del evento principal.
El estilo descarado y fuera de guión de Trump ofende a algunos, pero lo ha distinguido en un terreno lleno de candidatos que furiosamente han intentado atraer el mismo nivel de atención.
"Donald Trump tocó un nervio sensitivo en este país", dijo el gobernador de Ohio, John Kasich.
El exgobernador de Florida, Jeb Bush, hijo y hermano de presidentes, insistió una vez más que él y sus políticas se valen por sí mismos. "Tendré que ganarme esto", señaló.
Bush retomó sus comentarios sobre los inmigrantes que llegan ilegalmente al país al decir que lo hacen "en un acto de amor".
"Necesitamos proteger las fronteras", aseguró Bush, pero el problema migratorio se resolverá "de una vez por todas" si se permite "una vía para obtener un estatus legal" para los 11 millones de indocumentados en el país.
- Clinton, Obama y Trump -
Los candidatos, todos en búsqueda de un momento para brillar, enfilaron armas hacia Hillary Clinton, la principal aspirante presidencial del partido Demócrata y exsecretaria de Estado de Obama.
"Si Hillary es candidata, lo que dudo, eso sería un sueño hecho realidad", dijo el neurocirujano Ben Carson, el único negro en el panel.
"Ella es el epítome del movimiento progresista secular", afirmó Carson, en un intento por apelar a los votantes más conservadores.
El presidente Barack Obama y Trump también fueron blanco de ataques.
Denunciaron el manejo de Obama hacia el grupo yihadista Estado Islámico, prometieron duras medidas en inmigración, se alinearon con los conservadores en temas sociales y subrayaron que derogarían el acuerdo nuclear con Irán en el primer día de una presidencia del partido Republicano.
Obama y Clinton "están trabajando duro para cambiar el sueño americano por la pesadilla europea", dijo el gobernador de Luisiana (sur), Bobby Jindal, uno de los siete aspirantes que participaron en la sesión vespertina.
Carly Fiorina, la expresidenta de Hewlett-Packard, acusó a Trump de intimar con Clinton y lo atacó por sus cambios de opinión.
"Como ha cambiado su opinión sobre la amnistía (migratoria), seguro de salud y aborto, sólo le preguntaría sobre qué principios gobernará", preguntó Fiorina, destacando entre los mejores contendientes del primer debate.
- "Verdadera carrera" -
"Tenemos una verdadera carrera en nuestras manos", dijo el presidente del partido Republicano, Reince Priebus a Fox News. Los demócratas, en cambio, tendrán la "coronación" de Clinton, agregó.
El partido Republicano tiene programados nueve debates hasta febrero, el siguiente el 16 de septiembre.
Se trata de las primarias presidenciales con más candidatos que se recuerden, pero pocos son los nombres conocidos. Además de Bush y Trump, solo el gobernador de Wisconsin, Scott Walker y el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee han generado atención a nivel nacional últimamente.
La inmigración es el tema favorito de Trump, quien alienó a muchos votantes latinos cuando describió a los mexicanos que entran ilegalmente al país como narcotraficantes, criminales y violadores.
"Si no fuese por mí, no estarían ni siquiera hablando de la inmigración ilegal", reclamó Trump al inicio del debate, y reiteró su promesa de construir un muro entre México y Estados Unidos para frenar el flujo de inmigrantes.
Trump lució a ratos molesto con las preguntas, especialmente los comentarios de la conductora Megyn Kelly, quien le recordó unas pasadas declaraciones sexistas del magnate.
"No eran ni siquiera preguntas, eran declaraciones. Pero saben qué, no importa. Las contesté bien y estoy muy contento. La pasé muy bien, creo que fue un debate increíble", dijo luego el magnate a periodistas.