Los dos candidatos a la presidencia de Afganistán denunciaron fraudes tras la segunda vuelta de lo que será la primera transferencia democrática del país, un proceso electoral empañado por la violencia de los talibanes que dejó más de 50 muertos.
Abdulá Abdulá, que fue portavoz del célebre comandante Masud, y su rival, el economista Ashraf Ghani, alertaron desde el sábado sobre supuestos fraudes durante la jornada electoral.
Los primeros resultados serán divulgados el 2 de julio y la Comisión Electoral Independiente (IEC) proclamará el nombre del nuevo mandatario el 22 de julio, si la gestión de las denuncias de fraude no retrasa el proceso.
El resultado de la elección y su aceptación por parte del campo adverso, y por los afganos en general, se convierte así en un tema central tras una segunda vuelta considerada como un éxito, a pesar de la violencia perpetrada por los talibanes que dejó más de 50 muertos, según un último balance.
El sábado, la explosión de una bomba casera mató a 11 personas en el norte del país, incluyendo a empleados electorales que regresaban a sus casas tras el cierre de los colegios electorales.
Paralelamente, las fuerzas afganas mataron a cerca de 70 talibanes, según las autoridades.
Selon Kate Clark, del grupo de reflexión Afganistán Analysts Network (AAN), "los comicios son solo una fase de la elección y aún muchas cosas pueden cambiar".
"Si el resultado es parejo y que el fraude parece importante, y que uno de los candidatos quiere crear dificultades, entonces podría alargar el proceso varias semanas, o incluso más", estimó.
En caso de litigio mayor, los partidarios de ambos candidatos podrían desquitarse con las autoridades electorales o el campo adverso.
La clave de un proceso electoral sin dificultades en Afganistán residiría en una participación importante y en una diferencia significativa entre los dos aspirantes. "Si contamos con esos dos parámetros, podemos contar con un desenlace electoral tranquilo", asegura Kate Clark.
- '275 quejas registradas' -
Sin embargo, según Jawed Kohistani, experto independiente en política afgana, "los equipos de campaña van a tratar de influir en la operación de conteo de los votos".
El candidato Ashraf Ghani asegura que "las fuerzas del orden" estuvieron "implicadas en casos de fraude".
Por su parte, Abudlá Abdulá, que ha dicho en varias ocasiones que solo un fraude podría impedir que gane, dijo que espera por parte de la Comisión Electoral Independiente un resultado "claro y transparente".
El domingo, el portavoz de la Comisión de fraudes electorales (ECC), Mohamad Nader Mohsini, anunció que este órgano recibió alrededor de 275 quejas.
Mohsini afirmó que en algunos casos "simpatizantes de los candidatos obligaron a electores a votar por su favorito" y que incluso algunas personas ofrecieron dinero para influenciar los votos.
La ECC recibirá quejas hasta el lunes a las 12H00 locales, añadió. La Comisión se da un plazo de 10 días para examinar los casos.
Estas denuncias levantan temores entre la comunidad internacional sobre el desenlace de este maratón electoral - cuya primera vuelta tuvo lugar el 5 de abril. "Hemos instado a los candidatos para que actúen como hombres de Estado, y no sólo como adversarios", declaró el sábado a la prensa Nicholas Haysom, representante adjunto de la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA).
Por su parte, la Casa Blanca se congratuló por estos comicios, "una etapa significativa" hacia la democracia, aunque añadió que "el trabajo de la Comisión electoral en las próximas semanas será importante".
El próximo presidente asumirá funciones el 2 de agosto, con un tema pendiente: la firma de un tratado bilateral de seguridad con Washington que permitiría que un contingente de 10.000 efectivos permanezca en suelo afgano tras la retirada de 50.000 soldados de la OTAN a fines del 2014.
El presidente Hamid Karzai se ha negado hasta ahora a firmar este acuerdo, pero tanto Ashraf Ghani como Abdulá Abdulá dijeron estar dispuestos a firmarlo.