Presidencial en EU: Hillary no es solo la primera candidata | El Nuevo Siglo
Domingo, 19 de Junio de 2016

 Por: Cristian Rojas González*

 ADEMÁS del de 2001, hay otro 11 de septiembre que es recordado como un fracaso para la seguridad de los Estados Unidos: ese día, pero en  2012, una horda de islamistas iracundos que reaccionaba contra la polémica película “La inocencia de los musulmanes”, atacó el consulado de ese país en Bengasi (Libia) y asesinó al embajador norteamericano Cristopher Stevens. La entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, asumió la responsabilidad alegando que hicieron lo mejor que pudieron. Ese es solo uno de los escándalos que volverán a estar en el debate público en medio de la carrera por la presidencia.

Clinton será proclamada candidata oficial del Partido Demócrata en la convención de Filadelfia del 25 de julio. Al final, después de que el entusiasmo juvenil con Bernie Sanders no logró trasladarse al gran público preocupado por temas distintos al cambio climático y Wall Street, el establishment demócrata -la vieja clase política- logró imponerse con la ex Primera Dama, ex Senadora y ex Secretaria de Estado, una mujer de las entrañas del partido y de la élite de Washington. A diferencia de Trump, un outsider ajeno a las intrigas políticas de las últimas décadas, Clinton ha estado en primera fila cuando de asuntos de Estado se trata, ya sea desde el oficialismo o desde la oposición.

 Esta ventaja sobre Trump -conocer los asuntos del Estado- es uno de los puntos fuertes que su campaña deberá aprovechar para ponerse por encima del candidato republicano. Sin embargo es un arma de doble filo. La experiencia de Clinton está minada por múltiples escándalos, no solo el ya mencionado ataque al consulado en Bengasi, sino el uso de su correo electrónico personal para asuntos de la Secretaria de Estado o haber favorecido desde sus cargos públicos a los donantes de la Fundación Clinton. Es por eso  que, aunque la elección parecía servida en bandeja con Trump como carta de la oposición, los demócratas no la tienen fácil con la esposa de uno de sus líderes naturales, Bill Clinton.

 La candidata tiene una imagen favorable de apenas 42% contra un 56% de desfavorabilidad, lo que refleja una dramática caída en los últimos años, según el “Favorable Rating” que presenta el Huffington Post. Así mismo, en el promedio de encuestas nacionales que realiza Real Clear Politics, se ve un empate técnico con Donlad Trump tras una fuerte caída en la intención de voto por Clinton. Recuperar la imagen que tuvo en otros tiempos será una tarea difícil. Quizás su equipo tendrá que apostar por un discurso anti Trump, aunque las campañas del miedo parezcan haber pasado de moda.

 La estrategia de dirigirse a las minorías raciales o sexuales no tendrá el mismo efecto en la elección general que en las primarias. Ahora hay que ir por los independientes y será difícil con una candidata de imagen desgastada, investigada por el FBI y de un partido que no mostró capacidad de renovarse. Su techo es muy bajito y es probable que siga cayendo en las encuestas cuando el efecto de la noticia de la nominación se desinfle.

¿Le servirá ser mujer? Puede capitalizarlo frente a un Donald Trump que parece misógino y ha ofendido a mujeres -por ser mujeres- incluso conservadoras y republicanas como Megyn Kelly, de Fox News. Sin embargo, no podrá aprovechar mucho más esa condición.

En un país preparado para elegir a una mujer, Hillary, antes que mujer, es para el público la candidata de Obama, la esposa de Bill Clinton, la ex Secretaria de Estado, la poco confiable, la liberal, la anti Trump, y muchas otras cosas que dejan su condición femenina como un factor más, para bien o para mal.

 Ser la primera mujer nominada por uno de los dos grandes partidos será un dato que quedará registrado en los libros de historia, pero no un elemento definitorio de la elección de noviembre. 

*Profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana