El estado de avance de los esfuerzos de la Organización de los Estados Americanos (OEA) por cumplir en 2015 con la meta del registro universal de nacimientos en la región fue revisado en una sesión especial de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos (Cajp) del Consejo Permanente.
De acuerdo a un diagnóstico previo, en la actualidad cerca del 10 por ciento de los niños de América Latina y el Caribe no están registrados, lo que equivale a más de 6 millones de infantes. El objetivo de la OEA es registrarlos a todos para el 2015.
“El Programa de Universalización de la Identidad Civil en las Américas” (PUICA) “es genuinamente unas de las joyas de la OEA, porque ejecuta un plan que cambia la vida de las personas”, dijo en la sesión Kevin Casas-Zamora, secretario de Asuntos Políticos de la Organización Hemisférica.
“Cuando una persona es registrada, le estamos cambiando su vida. En otras palabras, cuando la OEA registra bebés en hospitales, estamos construyendo democracia, porque les estamos dando la oportunidad de que cuando crezcan puedan ejercer sus derechos políticos”, agregó Casas-Zamora.
Por su parte, Steven Greiner, coordinador del PUICA, presentó el “Informe de progreso de la Secretaría General de la OEA sobre la meta de eliminación del subregistro para 2015”, que detalla el trabajo realizado en 17 países de América Latina y el Caribe. Greiner explicó que desde 2010 hasta el presente, la OEA ha trabajado en cinco áreas estratégicas: registro hospitalario; campañas de concienciación; reconstrucción de documentos perdidos o destruidos; mejora de la conexión entre diferentes oficinas de registros (“inter-operabilidad”) y de la seguridad de las bases de datos; y cooperación horizontal regional.
El presidente de la Cajp y representante permanente de Colombia ante la OEA, embajador Andrés González, resaltó la labor del PUICA a pesar de que “nuestra meta es todavía muy grande”.
“Hay un desafío enorme, una gran cruzada para lograr el registro de seis millones y medio de niños y niñas, de cuya realización y de esta responsabilidad depende buena parte de su futuro”, indicó.
El registrador Carlos Ariel Sánchez relató que en Colombia se expiden tres registros de identidad: el primero a los 7 años de edad, el segundo cuando la persona es adolescente, entre los 14 y 17 años, y el tercero a partir de la mayoría de edad, los 18 años.
“Desde el año 2000, se ha empezado a dar un Número Único de Identificación Personal que la persona mantiene desde su nacimiento”, dijo Sánchez, y agregó que esta medida ha permitido acabar con los fraudes de identidad falsa y ordenar el sistema de registro nacional. El experto colombiano estimó que en la actualidad “un cuatro por ciento de los menores de cinco años en Colombia no están registrados”, aunque reconoció que “en algunas zonas del país, las más alejadas de los centros urbanos, el promedio llega al 8 y hasta el 10 por ciento”.
Mia Harbitz, experta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en políticas para reducir el subregistro, destacó la asociación de la OEA y el BID en diferentes países de la región para alcanzar la universalización del registro de nacimientos, y recordó que “el derecho a la identidad es uno de los más básicos de los derechos humanos”. “Hay una relación directa entre el nivel de registro de nacimientos y el nivel de desarrollo humano, que es un indicador que describe el nivel de educación, de cobertura de salud y de bienestar de las personas”, agregó Harbitz.
Buti Kale, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), centró su intervención en la falta de registros de nacimientos y de documentos de identificación en situaciones de conflicto. “El derecho a la identidad es el derecho de todo individuo a existir legalmente”, afirmó y señaló que las personas que no están registradas “no existen para los ojos de la ley”.