Preocupación por olores de hornos crematorios | El Nuevo Siglo
Martes, 18 de Marzo de 2014

La Procuraduría, en ejercicio de la función preventiva y de control de gestión señalada en la Constitución Política de defender los intereses colectivos, en especial el ambiente, realizó seguimiento al cumplimiento de la normatividad ambiental relacionada con emisiones atmosféricas de los hornos crematorios en los cementerios de Bogotá D.C.

Como resultado de dicha intervención, la Secretaria de Ambiente dispuso imponer medida preventiva de suspensión de actividades a los hornos crematorios con los que cuenta el cementerio Jardines del Recuerdo, por incumplir algunos estándares de emisión admisibles de contaminantes al aire, específicamente los señalados en los artículos 63 y 64 de la Resolución 909 de 2008. Igualmente, dispuso la suspensión de actividades al cementerio Jardines de Apogeo, por no contar con permiso de emisiones atmosféricas, previo a poner en funcionamiento el horno crematorio con el que cuenta.

En lo observado, llama la atención el impacto negativo que pueden causar las emisiones atmosféricas de hornos crematorios en la calidad del aire de nuestras ciudades y en la calidad de vida de sus habitantes; por esta razón, el Ministerio Público evalúa el cumplimiento de la normatividad relacionada con este tipo de emisiones y analiza el control que deben ejercer las autoridades ambientales competentes a nivel nacional.      

Sin embargo, se evidencia todavía la falta de claridad en las competencias de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), en cuanto a su papel de liderar y coordinar el sector de cementerios y servicios funerarios en Bogotá, especialmente en lo concerniente a los cementerios privados.

Entre los principales componentes que se pueden encontrar en los gases emitidos por los hornos crematorios están los hidrocarburos sin combustión, monóxido de carbono,  material particulado, óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y compuestos orgánicos volátiles, entre otros. Dichos gases, muchas veces generan incomodidades en la comunidad aledaña a los hornos crematorios, causando olores nocivos e impactan de manera negativa la calidad del aire cuando no son controlados adecuadamente.