Tras un intenso trabajo político, hacer concesiones y abrir su gobierno a una coalición multipartidista, el primer ministro griego, Giorgos Papandreu, obtuvo anoche la confianza del Parlamento y se comprometió a trabajar "desde hoy mismo” para formar un gobierno que garantice una amplia validación del plan de rescate europeo para su país.
"Este sábado (hoy) visitaré al presidente de la República para ponernos de acuerdo sobre la composición de un Gobierno de consenso y saber quién lo va a dirigir", dijo ante los parlamentarios.
Papandreu obtuvo la confianza del Parlamento por 153 votos a favor y 145 contra, indicó el presidente de la sesión.
El resultado no estaba asegurado de antemano ya que algunos diputados del Pasok (socialista) habían esgrimido la amenaza de votar contra y la mayoría del partido no ha dejado de reducirse con el paso de las semanas.
Este voto fue pedido por Papandreu luego de anunciar un proyecto de referendo sobre el plan europeo de rescate al país que abandonó tres días después y sembró el pánico en los mercados financieros.
En el debate parlamentario previo a la votación, Papandreu llamó a constituir una coalición gubernamental "más amplia" para garantizar que se implemente el acuerdo europeo para ayudar a Grecia.
"El voto de confianza es un mandato para crear un acuerdo político más amplio para apoyar el acuerdo europeo", declaró Papandreu.
"Se necesita un apoyo más amplio y honesto", agregó estimando que el plan de ayuda europeo decidido en Bruselas el 27 de octubre, que exige nuevos sacrificios a los griegos, es "determinante para el futuro del país" y "quizás la última oportunidad" para evitar la bancarrota.
Desde el jueves por la noche, Papandreu se mostró dispuesto a hacer concesiones, en respuesta a la propuesta de la oposición de derecha de un gobierno de transición para asegurar la adopción del acuerdo europeo de ayuda.
"No estoy atornillado a ningún asiento (...), lo que me interesa es salvar a la patria", dijo. Sin embargo, poco más tarde, excluyó la posibilidad de una renuncia y provocó la cólera de su adversario conservador, Antonis Samaras, quien adelantó que sus tropas votarán contra la confianza.
El otro cambio de Papandreu fue su renuncia a la idea de un referendo sobre el acuerdo de la eurozona, que tranquilizó a sus fuerzas y a sus socios europeos, que veían en esa consulta una amenaza para la permanencia griega en la zona euro y la estabilidad de la moneda común.