En unos comicios atípicos, convocados por Mariano Rajoy tras la afrenta independentista, los catalanes eligen 135 diputados. Dependiendo del resultado, puede haber una revolución antinacionalista, un gobierno de Puigdemont, bloqueo y nuevas elecciones o un triunfo socialista
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LOS CATALANES deciden este jueves si los independentistas vuelven al poder, del que fueron expulsados cuando la región quedó bajo la tutela de Madrid en octubre, o si abren la puerta a otra mayoría también difícil de alcanzar.
Estos son los escenarios posibles.
Revolución antinacionalista
El partido liberal y antiindependentista Ciudadanos podría ganar las elecciones regionales pese a su corta experiencia política.
"Sería algo histórico", según un cargo del partido separatista de izquierdas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
El catalanismo ha sido la ideología dominante en Cataluña en las últimas cuatro décadas, durante las cuales la región ha tenido un solo presidente no nacionalista, el socialista José Montilla, quien llegó al poder por un acuerdo de coalición con independentistas y ecolo-comunistas.
"Nuestra gente se desanimaría y se animaría al unionismo", admite este miembro de ERC.
En caso de obtener la victoria, la jefa de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, de 36 años, promete "dialogar" para superar la división de la sociedad catalana, a la vez que garantiza "políticas sociales".
Los grandes empresarios perciben a esta joven liberal como garantía de estabilidad y de prosperidad.
Victoria de Carles Puigdemont
Exiliado en Bruselas, el presidente catalán destituido que prometía no buscar más de un mandato pretende imponerse ahora como cabeza de una lista "transversal", Juntos por Cataluña, para recuperar "la dignidad" de los catalanes "humillados" por la toma de control de la región por el gobierno español.
Su victoria sería un golpe para el jefe del ejecutivo español, Mariano Rajoy, que lo destituyó.
Pero sobre él pesa una orden de arresto por rebelión, sedición y malversación de fondos. Sus seguidores podrían utilizar su detención al volver de Bruselas como prueba de la política "represiva" de Madrid.
"¿En qué país civilizado se mete a un presidente en la cárcel?", preguntan en su entorno.
¿Podrá Cataluña ser dirigida por un presidente en prisión? Sus adeptos afirman que no puede ser "privado de sus derechos políticos". Esperan que una victoria fuerce a Rajoy a negociar.
Independentismo de Oriol Junqueras
ERC, el partido del destituido y encarcelado vicepresidente Oriol Junqueras, encabeza los sondeos en número de escaños. Si gana y el parlamento lo inviste presidente regional, podría continuar en detención provisional y la gestión del día a día recaer en Marta Rovira, la secretaria general.
Si consigue la investidura implementaría una política social para "ampliar la base" del movimiento independentista, que en las elecciones de 2015 obtuvo el apoyo del 47,8% de los catalanes, asegura la fuente de ERC.
Bloqueo y nuevas elecciones
Todos los escenarios anteriores parten no obstante del principio de que uno de los tres favoritos logre la investidura, con el apoyo de otros partidos.
En todos esos escenarios resultaría clave la actuación de Cataluña en Común, la alianza de izquierdas entre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y Podemos.
Los 'comunes', a los que los sondeos dan entre 8 y 11 escaños, mantienen cierta ambigüedad que les abre las puertas a múltiples coaliciones: dicen no ser secesionistas, pero defienden un referendo de autodeterminación pactado con Madrid.
El temor creciente es que al igual que ocurrió en el conjunto de España en 2016, haya un bloqueo persistente entre los bloques independentista y "españolista".
"La formación de gobierno va a ser muy compleja, incluso con el bloque independentista ganando las elecciones", según el politólogo Pablo Simón, y podría desembocar en la repetición de los comicios, hacia el mes de junio.
Los independentistas necesitarán el apoyo del pequeño partido separatista de izquierda radical CUP, que exige una ruptura inmediata con Madrid, descartada por las otras dos formaciones soberanistas.
Del otro lado, Arrimadas, aun contando con el respaldo de los socialistas y el Partido Popular de Rajoy, podría no tener los apoyos suficientes para garantizarse la investidura. El apoyo de los 'comunes' se antoja extremadamente difícil, dadas las profundas diferencias ideológicas entre ambos.
La sorpresa socialista
"Las probabilidades de bloqueo y nuevas elecciones son muy altas", advierte también el politólogo Pepe Fernández-Albertos, a menos que los partidos favorables a seguir en España prefieran evitarlo y dejen gobernar en minoría al candidato socialista Miquel Iceta.
Este tiene más "capacidad de diálogo" con los otros partidos, subraya el politólogo. Iceta defiende, entre otras cuestiones, la amnistía de los independentistas investigados.
Un escenario así ya se produjo en otra región española agitada por el independentismo, el País Vasco, cuando la dirigió el socialista Patxi López, sin mayoría, entre 2009 y 2012.
Igualdad en los sondeos
Con un acto frente a una prisión y una videoconferencia desde Bélgica de Carles Puigdemont, los partidos independentistas catalanes pusieron este martes fin a una atípica campaña electoral pidiendo la movilización de los suyos ante el peligro de derrota.
"Estas no son elecciones normales", avisó Puigdemont a través de la pantalla en un mitin virtual retransmitido en 100 puntos diferentes de la región en el último día de campaña electoral de su formación Juntos por Cataluña (centroderecha).
"No hay en juego quién gana las elecciones, sino si gana el país o gana (Mariano) Rajoy", el jefe de gobierno español que lo destituyó hace mes y medio del cargo y intervino de facto la autonomía de Cataluña.
El jueves, los catalanes están llamados a renovar los 135 diputados de la cámara regional. Y si en los comicios de 2015 los independentistas obtuvieron 72 escaños, en esta ocasión su mayoría absoluta pende de un hilo.
Según la mayoría de sondeos, la igualdad es máxima entre el bloque separatista y el unionista, cuyo máximo exponente, Ciudadanos, una formación nacida hace 11 años para combatir el nacionalismo, podría incluso ganar los comicios.