Miércoles, 6 de Mayo de 2015
CON la anticipada convicción de que ninguno de los dos grandes partidos logrará la mayoría absoluta y por tanto en medio del debate delo que se puede bautizar como el “día después”, ya que quien gane entrará en el conocido juego de las coaliciones para formar gobierno, los británicos van mañana a las urnas.
Los sondeos auguran que los conservadores del primer ministro David Cameron podrían ganar con una ligera ventaja a los laboristas de Ed Miliband, pero sin lograr los 326 diputados suficientes para gobernar en solitario.
En ese caso, los laboristas podrían intentarlo y, probablemente, lograrían formar gobierno pese a haber perdido las elecciones, como ocurrió en 1923. Ellos parecen en mejor posición de sumar, porque la izquierda dominará el Parlamento y los nacionalistas escoceses, que han declarado a los conservadores sus peores enemigos, serán la tercera fuerza parlamentaria con unos 50 preciosos diputados, siempre y cuando las encuestas no se equivoquen.
En la antesala de la crucial cita en las urnas, los líderes de las diferentes formaciones han multiplicado sus llamados de alerta sobre lo que puede ocurrir el “día después de las elecciones” si se dan los vaticinados resultados. Ello abrió un debate sobre lo que el propio primer ministro, David Cameron ha calificado como la legitimidad de un gobierno de perdedores, lo que generaría “un enorme problema de credibilidad”.
Su declaración se refería a una posible coalición del laborismo con los nacionalistas escoceses, lo que permitiría a Miliband hacerse con las llaves del No.10 de Downing Street.
Lo único real hoy es que el resultado de la elección británica mañana es más incierto que nunca. Estos son los posibles desenlaces de la jornada democrática:
1) Un gobierno con mayoría absoluta
No hay duda de que el próximo primer ministro será el conservador David Cameron o el laborista Ed Miliband. La manera más fácil, pero la más improbable, según las encuestas, sería que lograran mayoría absoluta, es decir, 326 escaños o más de los 650 de la Cámara de los Comunes. Dieciséis de 18 de los gobiernos de Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial se han formado como gobiernos de mayoría. El actual gobierno de coalición de Cameron, entre conservadores y liberales demócratas, fue la segunda excepción, después del de unidad de la Segunda Guerra Mundial.
2) Gobierno de coalición
Una coalición sería la segunda posibilidad para lograr un gobierno estable. Uno de los dos grandes partidos, conservadores o laboristas, llegarían a un acuerdo formal con un partido más pequeño o varios, como los liberales. El número total de escaños de la coalición tendría que sumar 326 o más. Los conservadores de Cameron han estado en un gobierno de coalición con los liberal-demócratas desde 2010. Y aunque el acuerdo creó problemas a ambos podría repetirse. Así esta formación con su líder, Nick Clegg se ha convertido en una “pieza” codiciada. Los demoliberales siguen siendo fuertes en unas pocas circunscripciones, por lo que podrían lograr hasta 30 escaños, la mitad de los que disponían hasta ahora pero muy valiosos en el contexto actual.
3) En minoría
Si ningún partido logra una clara mayoría y no hay acuerdo para una coalición, conservadores o laboristas podrían intentar formar un gobierno de minoría con menos de 326 escaños y lograr acuerdos puntuales para aprobar cada ley.
El antieuropeo UKIP y los unionistas norirlandeses aparecen como los socios más probables de los conservadores en un escenario así. Mientras que el Partido Nacional Escocés, que quiere la independencia de Escocia, está presionando para un acuerdo de este tipo con los laboristas. Si tanto conservadores como laboristas estuvieran en posición de gobernar así, ambos partidos se tendrían que sentar a conversar y decidir quién tendría más probabilidades de sobrevivir en el gobierno. La primera gran prueba de confianza para el gobierno minoritario sería el discurso de la reina, unas pocas semanas después de la elección, cuando el Parlamento debate el programa legislativo del nuevo Gobierno y vota sobre él.
4) Nuevas elecciones
Un gobierno de minoría podría tener problemas para conseguir apoyos e incluso podría caer en una moción de censura. Una opción para el primer ministro sería celebrar nuevas elecciones rápidamente para asegurarse una clara mayoría. De ocurrir esto, Gran Bretaña tendría dos elecciones generales en un año por primera vez desde 1974./EL NUEVO SIGLO con AFP