La posible reelección de la presidenta Dilma Rousseff para un segundo mandato en Brasil derrumbó este lunes la bolsa de Sao Paulo y empujó al real a su menor valor en seis años.
Los mercados, "alérgicos" a la exguerrillera de 66 años, temen que un nuevo gobierno de Rousseff aleje inversores y traiga consigo un débil crecimiento, tal como ha sido la norma en los últimos cuatro años.
A seis días de la primera vuelta de las elecciones generales el 5 de octubre, el real cerró cotizado en 2,457 unidades por dólar, su piso desde diciembre de 2008.
La bolsa de Sao Paulo, la mayor de América Latina, se derrumbó por su parte, perdiendo 4,52% y quedando en 54.625 puntos al cierre. Ya la semana pasada el parquet paulista tuvo jornadas de alta volatilidad.
Últimos sondeos han mostrado que Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores, ganó terreno en la primera vuelta frente a la ecologista Marina Silva, representante del Partido Socialista (PSB) que defiende una política económica más ortodoxa, y que amplió también su ventaja en un eventual balotaje.
Ambas rivales, sin embargo, aparecen todavía en empate técnico para la segunda vuelta del 26 de octubre, con 47% para Rousseff contra 43% para Silva según la encuesta Datafolha del viernes.
"La última encuesta mostró que aumentó la intención de voto de Dilma y esa es una noticia muy mala para los mercados", comentó a la AFP el economista Wellington Ramos, de la calificadora de riesgo Austin Rating en Sao Paulo.
"El mercado no ve con buenos ojos un segundo mandato de Dilma por varios factores como la interferencia excesiva en las empresas estatales o una política fiscal expansionista que no permite cumplir metas de ahorro e inflación. Todo eso genera malestar", comentó Ramos.
"Los inversionistas salen de Brasil" y eso, a su vez, presiona a la baja al real, señaló el economista.
- Sin solución fácil -
Brasil enfrenta su cuarto año de crecimiento moderado y su economía, la séptima del mundo, atravesó una recesión técnica en el primer semestre, con la inflación al alza, rozando el techo de la meta oficial de 6,5%.
Analistas y sectores productivos critican además la falta de infraestructura y de competitividad del gigante sudamericano.
Hace unas semanas, cuando Silva pisaba los talones de la presidenta y ponía en duda su reelección, los mercados reaccionaron con euforia celebrando la posibilidad de un cambio de gobierno.
Pero el jefe de economistas de la consultora Gradual Investimentos, André Perfeito, critica la reacción de los mercados, afirmando que fue "irracional" e "ingenua".
"El mercado había apostado a que Dilma Rousseff no sería reelegida, pero ahora está dándose cuenta de que no es tan simple ni fácil", comentó a la AFP.
"No existe una solución fácil. No es que sin Dilma habrá un cambio radical en Brasil", dijo Perfeito. "Parece que Brasil va a quebrar si Dilma gana, lo que no es verdad. Brasil no va bien, pero finalmente los otros candidatos también tendrían una situación complicada si llegan a la presidencia", siguió.
El real comenzó a perder fuerza ante el dólar en las últimas semanas. Hace dos meses, tenía un avance de 6% respecto a la divisa en lo que iba de 2014, pero esa fortaleza fue disipándose a medida que se acercaban los comicios.
La bolsa también comenzó a experimentar una fuerte inestabilidad, empujada sobre todo por las acciones de las grandes empresas estatales, como Petrobras, envuelta en un escándalo de corrupción criticado por los candidatos opositores.
Este lunes, por ejemplo, las acciones preferenciales (sin derecho a voto) de la petrolera cerraron con una caída de 11,03%, y las ordinarias (con derecho a voto) bajaron 10,44%.
El PT está en el poder desde 2003, cuando Luiz Inacio Lula da Silva -antecesor de Rousseff- llegó por primera vez a la presidencia.