Con 18 goles en diez partidos, la Eurocopa-2016 por ahora no es una fiesta de goles, lo que más quieren ver sus fanáticos. Grandes delanteros no pueden con los defensores, pero principalmente con los porteros, que hasta ahora se han convertido en las grandes estrellas del certamen.
A veces, los cracks mismos, los distintos, los desequilibrantes son los que piden aplausos para los arqueros por sus salvadas milagrosas, como lo hizo el propio Zlatan Ibrahimovic a favor del sueco Andreas Isaksson tras el 1-1 ante Irlanda en París.
Tres atajadas decisivas del exgolero del Rennes evitaron el triunfo de los verdes de Robbie Keane.
Pisando el final de la primera jornada, pocos han tenido errores garrafales, como el Rumano Tatarusanu frente al francés Olivier Giroud (victoria Bleu 2-1) y el albanés Etrit Berisha contra Suiza (derrota 1-0), quien después tapó dos mano a mano y un par de bolas con destino de gol como para borrar su falla.
Constatación estadística: tras cinco jornadas con duelos, ningún jugador logró hacer un doblete y la Euro sigue buscando a un goleador de raza. ¿Podrá Cristiano?, ¿Muller?, ¿Bale?, ¿Morata?
- Llegó el día del arquero -
Los patrones del puesto les están ganando la pulseada a los delanteros, acentuando la tendencia de una era de porteros excepcionales, como el belga Courtois o el español De Gea, quien acaba de sentar en el banquillo a San Iker Casillas, pese a estar envuelto en un supuesto escándalo sexual develado por la prensa ibérica.
"Si hubieran tenido un portero normal, los belgas se hubieran comido tres o cuatro", resumió el diario deportivo italiano Gazzetta dello Sport tras el 2-0 de la Nazionale ante los Diablos Rojos en Lyon, haciendo referencia al meta del Chelsea.
El italiano Gigi Buffon, siempre firme en el 2-0 a Bélgica, sigue siendo una garantía en la Azzurra, al igual que Petr Cech, evitando una goleada de España en Toulouse (1-0) ante los checos, o el alemán Manuel Neuer, quien aguantó la rebelión ucraniana con sus estiradas (2-0), confirmando por qué lo llaman el mejor del planeta en ese ejercicio.
Francia, que sueña con lograr su tercer título europeo, pone las manos en el fuego por Hugo Lloris, quien en el nervioso debut bleu apareció con sus reflejos ante el rumano Stanciu a los 4 minutos, cuando encajar un gol hubiera significado un golpe tremendo para los galos.
La experiencia parece jugar un papel importante, en un puesto que exige menos desgaste físico pero mayor concentración, como lo grafica Buffon a sus 38 años o el húngaro Gabor Kiraly, titular esta tarde de martes en Burdeos ante Austria, en un duelo que lo convirtió en el jugador más veterano en disputar un partido de fase final de Eurocopa con 40 años y 75 días (quebró el récord del alemán Lottar Matthaus). Pese a la edad sigue vigente, cuidando los palos que por ahora también juegan para los arqueros.